¿Por qué me hago un Patreon a estas alturas?

Para alguien que se pierde en su barrio incluso utilizando el google maps, Patreon le suena a agujeros negros y sangre en los ojos. Yo soy así, anclado en el formato físico, guardando cd’s que puedo escuchar en Spotify y echando de menos el “VHS”. Por eso hacerse un Patreon, siempre me ha sonado a meter datos, firmar cosas raras y lo más importante: Pedirle pasta a la gente.

Y claro, siempre he sido reacio, siempre he tenido dudas…hasta hoy. Si miro hacia atrás y veo todo el contenido que he hecho en estos casi 8 años en el mundo paternal, me entra un vértigo de la ostia y también una continua duda de que hubiera pasado si hubiera tirado por aquí o por allí, si hubiera sido más constante y menos disperso, si hubiera, si hubiera…Y a menudo, pienso eso de que quizás sí que debería haber enfocado el blog de otra manera, intentar tener más colaboraciones, intentar monetizar mi trabajo. Pero os soy sincero, nunca he querido y, sobre todo, nunca he sabido hacerlo. También os he de confesar que siempre he pensado que este blog es más bien un desahogo, un “compartir”, un diario secreto sin llegar a ser secreto y en el caso de que lo fuera y con candado incluido, vosotros tendríais las llaves.

Un contenido lleno de posts, podcasts, libros, canales de YouTube y Vlogs, recorriendo un camino con vosotros que ha sido fantástico, y a la vez también agotador. Por no hablar de los dos años de la escritura de mis dos libros…dos años apasionantes, un sueño hecho realidad, pero que también han eclipsado este pequeño gran hogar, descuidándolo en demasiadas ocasiones.

En definitiva, que para este 2021 al que todos anhelamos que llegue, me he propuesto seguir compartiendo mis locuras y neuras paternales con vosotros, a ser posible en forma de post cada lunes y junto a otros proyectos en forma de libros y podcasts que ya os iré explicando poco a poco.

Y sí, como sé que con la que está cayendo el camino será más complicado, pues he decidido hacerme un Patreon. Si os apetece, podéis echadle un vistazo aquí y si no, pues oye tan amigos, ¿eh? Que entiendo que el horno no está para bollos…

Pero creo que lo más importante, es que seguiré escribiendo en el blog. Porque el blog es el origen de todo y porque ya sé que nunca haré columnas como las de Tatiana Sisquella, Carles Capdevila o Lluis Gavaldà, pero nada me hace más feliz que seguir intentándolo junto a vosotros.