Me levanto medio dormido en la pedazo de cama del hotel «Atocha San Rafael», uno de esos lugares rollo «rock star» pero sin haber destrozado la habitación como los hermanos Gallagher y sin ser Elton John. Mientras observo por la ventana las vías de tren que siempre me llevan a Madrid y con el #mbday19 en mente, me siento agradecido.
Agradecido a la comunidad de Madresfera, a l@s bloguer@s, a los/las seguidores/as, a los amig@s y a la familia. Por estos 4 años de eventos, por estos 6 años de blog con demasiados momentos de «toalla mojada».
Gracias a vosotr@s, aún no la he tirado.
Bajo al buffet libre a desayunar mientras van viniendo Bloguer@s de todas partes de España al evento. Café doble, suspiro de emoción y me cojo el DeLorean al 1er año que estuve en un #mbday, consciente de como hemos cambiado, como hemos crecido y como hemos amado.
Y lo que nos queda…
Y entonces, me vuelvo a sentir agradecido. Porque los sueños no se cumplen solos, los logros no son cosa de uno y los caminos mejor en compañía. Y no solo os hablo de textos, podcasts, visitas, premios o libros. Os hablo de eternos audios, del «venga palante», del calor de much@s cuando ya hueles el precipicio, de vivir pensando de que vas a escribir, de la jodida hoja en blanco a punto de devorarte y que alguien te ayude a plantarle cara…
De cuando piensas que no tiene ni sentido ni valor lo que estás haciendo y alguien te diga que le gusta tu último post. De eso y más, estoy hablando.
Entro al #mbday19 achuchado y achuchando. Rostros conocidos, «clásicos básicos» y gente nueva que ya es indispensable en mi vida. Ponencias, aprendizaje y risas. El #mbday es como entrar en un parque de atracciones lleno de sensaciones, emociones y gente molona, pero sin hacer colas y con la pulserita.
Y apenas te das cuenta y ya es la hora de comer…
Nervioso por la feria del libro Madresférico, recuerdo una frase de no se que ponencia (1000 perdones): «Cuando os abráis un blog, marcaros un objetivo».
Yo me marque 2: Desahogarme y escribir un libro de paternidad. Y lo he logrado…y no lo he hecho solo.
Agradecido otra vez a tod@s.
Cuando acabamos de dedicar el «Cría como puedas» con mi hermana y adorada Quiles, me voy para los premios. Y veo felicidad, tristeza, emoción, risas y lágrimas. Y otra vez me cojo el DeLorean para recordar emocionado que esto de tener un blog es maravilloso. Y claro que cuesta mantenerlo, claro que a veces dan ganas de enviar a tomar por culo el fucking WordPress y largarse para Cuenca. Sin embargo, lo que a mi me ha dado el blog, es inmenso y sobretodo ETERNO.
Agradecido otra vez, está vez al BLOG, ese pequeño lugar que un día me creó mi admirada y amiga Cris de Mareta Meva y LactApp. Gràcies amiga, t’estimo molt. Y sobretodo, cada día más consciente que hay que ser agradecido a tus raíces, a tus inicios, a tu punto de partida. Llegues donde llegues, logres lo que logres y cueste lo que cueste.
Se acaba el día y todo ha pasado volando. Me entra la nostalgia e incluso algo de tristeza, al pensar que me he dejado gente por saludar, abrazar y achuchar y consciente, que hay amig@s y colegas que tardaré tiempo en ver.
Pero me los llevo conmigo a Barcelona. En mi día a día, en la maleta, en mis textos, en mi mochila y por supuesto en mi corazón.
Gracias.
Os dejo el enlace del podcast con Eli del blog Poulain Coco hablando del #mbday19!
Gracias por todo, por ser así y por tus posts, este me ha servido mucho y por hacernos reir
Eres el único padre del mundo, felicidades!