¿ POR QUÉ ESCRIBO?

Escribo porque un día me di cuenta de lo mucho que me gustaba hacer redacciones mientras los demás niños de clase resoplaban. Porque me  gusta imaginarme a gente que no conozco, evadirme de la realidad mientras a la vez creo la mía. Explicar cosas inventadas, explicar cosas reales e incluso a veces mezclarlas, y que ficción y realidad vayan siempre cogidas de la mano.

Escribo porque un día vi las películas “Los peores años de nuestra vida”, “Annie Hall”, “Persiguiendo a Amy”, “Todo es mentira” y me encantaron. Y entonces soñé que yo las escribía, que yo era como un padre, porque cuando escribes algo, de alguna manera ese escrito pasa a ser tu hijo. Y no os voy a engañar, también escribo porque un profesor “hijo puta” se rió de mí al yo expresarle que quería ser guionista.

Escribo por ti, por ti y por ti. Pero también escribo por mi. Porque es algo que me gusta, que creo que no se me da mal del todo, porque en ocasiones  es un absoluto desahogo y en otras es el mejor orgasmo jamás imaginado.

Porque es felicidad absoluta y porque hay que hacer lo que te gusta en la vida: Si te gusta comprar la mesa “multiusos” en el teletienda… hazlo. Si te gusta ir al karaoke cada día…hazlo. Si te gusta soñar despierto mientras saltas de nube en nube…pues hazlo. Y si te gusta escribir…¡escribe!

Escribo porque me encanta decir lo que siento, lo que pienso y lo que quiero. Ya sea en tips de humor paternal, en libros rojos maravillosos, en cuentos surrealistas o en forma de post. Ya sea en podcasts delirantes, en post-its perdidos por casa o en las hojas en blanco de mis hijos. Porque a veces, escribir es la respuesta a mis problemas y cuando lo hago, estos desaparecen. Además tengo la excusa perfecta para comprarme 10.000 “Pilots” diferentes y 10.000 libretas variadas, para que que  luego la mayoría de los “pilots” acaben escondidos por miedo a ser desmontados por mis hijos y la mayoría de las libretas acaben vacías, o llenas de dibujos de mis peques.

Sí, eso también mola.

Escribo porque como diría mi gran amigo Joaquim Montaner: “Hay que jugar en el campo”.  Hay que ser feliz en esta vida ya de por sí complicada en demasiadas ocasiones. Hay que abrir tu corazón y mostrar lo que te está diciendo a gritos desde dentro. Sacarlo todo sin “peros”, sin excusas y sin miedos…Hablar más. Sonreír más. Abrazar más. Y sobretodo, escribir más.

Escribo porque tengo un blog y me encanta que me leas y eso me hace feliz, al igual que me lo hace escribir.

Sí, por todo esto y por mucho más: Escribo.