Los papás que escriben en blogs no siempre escriben en blogs. Se esconden, se distraen o simplemente la pereza les invade. La falta de tiempo, las facturas o lo que sea, hacen que no actualicen como ellos quisieran. Unas veces tienen millones de cosas que contar, sintiéndose el mismísimo Shakespeare mientras otras se evaden en sus mundos de dragones, mapas del tesoro y apasionantes rutas mientras saltan de nube en nube y tiro porque me toca. A veces se sienten invisibles por la sociedad, por algo o por alguien…que se yo, otras se sienten con el poder de poder cambiar las cosas a un mundo mejor y educando y criando como mejor saben.
A trompicones, a rachas, esclavos de su estado de ánimo, del día a día, de las preocupaciones del criar, de las preocupaciones de la vida…pero siempre, acaban encontrando ese momento, ese instante, para poder escribir.
Y lo mejor de todo, es que lo hacen siempre desde dentro.
Los papás que escriben en blogs, van todos en el mismo barco. No es que sea un barco de la ostia, pero tampoco son “las golondrinas” de Barcelona. Deciros que el barco es lo suficientemente grande, para que quepan todos. Pero todo y eso y a pesar de conocerse desde hace años, de coincidir en todas partes, mismas risas y mismos equipajes de mano…no siempre coinciden.
No, no siempre comen juntos en el comedor del barco.
Unos prefieren salir y mirar el horizonte y pensar en si aquel barco llegará a buen puerto a pesar de no ser el “harmony of the Seas”. Otros comen solos en su camarote, maldiciendo lo mucho que pesa la mochila que llevan desde hace años e intentando aligerarla por todos los medios. Otros no tienen apetito, otros prefieren comer a otra hora.
El camino de todos ellos es el mismo: Las mismas mareas, los mismo tesoros, las mismas tempestades, los mismos destinos…
Los papás que escriben en blogs se tienen los unos a los otros. Porque esto de criar a un hijo es el viaje más apasionante de todos, pero a veces también el más duro. Se llaman, comparten y se dan la brasa hasta la saciedad. Sin embargo a veces, se pierden en laberintos que aparecen de la nada, caen en estúpidas trampas o simplemente se pierden en la excursión al Montseny mientras oscurece a ritmo de crucero…sin tener cobertura, sin tener brújula, sin nada de nada.
Los papás que escriben en blogs sueñan con encontrar su lugar en este mundo de la crianza. Muchos ya lo han encontrado, otros están en ello y algunos llevan mucho tiempo esperando, aunque no me cabe la menor duda que lo encontrarán. Porque tienen inquietudes y porque saben que cada vez que se ponen delante de su ordenador o apuntan algo en su libreta, están en el camino de lograrlo.
Hay ocasiones que como por arte de magia, los papás que escriben en blogs se reúnen todos en el comedor del barco. Entonces, se sirven la comida los unos a los otros, se ríen, se divierten, comparten cosa bonitas y miserias y hablan hasta altas horas de la noche, sin silencios, sin mirar al reloj cada 5 minutos, hablando y hablando, mientras se escuchan…mientras se apoyan.
Son felices y comparten. Y al empezar a amanecer, vuelven cada uno a su camarote con una media sonrisa, conscientes que ese, es un buen camino.
Les unen el amor por escribir, el amor por sus hijos, el amor por criar. Les unen demasiadas cosas para a menudo demasiadas veces, olvidarse de que van en el mismo barco, de que comen en el mismo comedor. Y es que como diría uno que yo me sé: “Los padres nos tenemos que abrazar más”.
Pues si amigo, abrazarnos más y coincidir más en el comedor del barco.
Eso sería perfecto.
Qué bonito, y qué real! 🤗🤗🤗
Espera que te doy un abrazo de los grandes amigo. Maravilloso.
Jo, Carlos, qué ganas de volver abrazarte, tío. Te quiero!
Y es que el mundo bloguero tiene esas curiosidades porque estamos llenos de tímidos extrovertidos y extrovertidos tímidos (sí, sí yo me abro al mundo pero desde mi habitación que luego cuando me encuentro con gente me da más apuro)
Voto por más abrazos! Aquí va el mío (aunque virtual)
Qué bonito!!!
enternecedor