LAS MUJERES QUE LEÍAN POSTS A SUS PAREJAS

Hay una estampa mágica. Algo que me flipa, que me emociona, algo increíble. Algo que me has explicado tú. Y tú también y por supuesto tú.  Una escena de “comedia romántica”…Sí, de esas que tanto me encantan. Suele pasar por la noche, en la cama o en el sofá.

Quizás un día chungo en el curro y el jefe está con ardor de estomago o quizás te hayan subido el sueldo por 5ª vez. Quizás los niños están malitos y llevan empalmando  bronquitis una detrás de otra desde hace meses o quizás son Bruce Willis en “El protegido” y no han tenido ni un miserable constipado. Quizás no tengas niños, quizás ni siquiera quieras tenerlos o quizás lleves tiempo buscándolos. Quizás ha sido un día echando currículums por todas partes, o quizás ha sido un día en el que cada minuto ha sido una bendita gloria. Quizás haya sido un día lleno de besos, risas y achuchones o quizás un día  lluvioso y no tienes ni chubasquero ni paraguas. Quizás lleves tiempo más pérdida que los de la isla de “Perdidos” o quizás lleves tiempo saltando de nube en nube, con una sonrisa de oreja a oreja y saludando cada mañana al mundo entero.

Da igual.

Llegas a casa, y mientras tú pareja baña a los peques, el otro prepara mochilas del día siguiente o viceversa. O quizás no tenéis hijos, o quizás estáis esperando alguno. Lavadoras, risas, facturas y montañas de ropas por doblar que serán dobladas al día siguiente o al otro. Quizás a tu pareja le dé tiempo a arreglarse la barba hipster y a ti pegarte un baño de esos con burbujas y todo.

Quizás…

Son las 20.30 y el mundo entero y parte de Vulcano os llama al móvil a ambos.  ¿Es que no saben que tenéis hijos?  Y si no los tenéis o están de parranda, da igual, ¿es que no saben que no son horas de llamar? Pasando de coger el móvil…que les den.  Ale, llamadas perdidas y ya os lo echarán en cara al día siguiente.

Quizás maldigas aquel Cacaolat que le has dado a tu hijo a las 18.00 de la tarde y claro, ahora esta como una moto, o quizás a las 21.00 ya estéis todos durmiendo. Quizás el peque haya hecho la siesta tarde y ahora no se duerma, quizás la siesta te la has metido tu y ahora estás con los faros rollo búho. Quizás las nauseas del primer trimestre no te estén dejando dormir, quizás los niños de arriba no paran de hacer ruido y estás atacada o quizás simplemente piensas la de ganas que tienes de ser madre y claro, eso hace que no te puedas dormir.

Quizás esta noche haya sexo desenfrenado en el sofá, en la cama o en la habitación del ordenador cuando los niños duerman. O quizás sexo torpe de cojones, de esos que ambos os acabáis riendo rollo estudiantes con acné. O quizás no haya sexo… ¡vaya qué pena!

Lo que es muy probable que pase esta noche es algo mágico. Algo que me flipa, me emociona, algo que es increíble. Y es que allí en el sofá con la mantita, los dos agotados perdidos, o quizás en la cama tapaditos con el nórdico “a full” y pensando en la cantidad de cosas que tienes que hacer al día siguiente… haces un último esfuerzo.

Y  entonces, antes de caer rendida junto a tu pareja, antes de unos último mimitos, antes del “buenas noches cariño, te quiero”, antes de todo eso,  le lees en voz alta un post  a tu pareja de mi blog.

Y quizás a tu pareja no le guste o diga esa frase que me gusta decir tanto de “¿Quién demonios es ese muchacho?” O quizás le encante, o discrepe de algo, o quizás sea amigo mío, o quizás se quede dormido escuchando tu dulce voz, o quizás la que se quede dormida seas tú.

Quizás te tengo que agradecértelo en un post. Bueno, quizás no…SEGURO.

Te dedico este post.

A ti, a ti, a ti y por supuesto a ti.

Gracias por esta estampa, por esta preciosa escena de peli romántica, sí, de esas que tanto me gustan.

Gracias por leer el blog.

Gracias por ese último esfuerzo… por leerle el blog a tu pareja.

Gracias.