Se me olvida

A menudo se me olvidan cosas. La mayoría de ellas son banales, situaciones estúpidas, momentos surreales, experiencias anecdóticas o delirantes.  Otras son importantes, recuerdos con un valor incalculable, de esos grabados en super8 y con sabor a “twister choc”.

Se me olvida a menudo sonreír y lo más gracioso es que cuando lo hago, pues me duele la cara y  todo. Tampoco logro recordar a quien dejé la película de “Elizabethtown”, enviarle el vídeo “conociendo Madresfera” a Mónica o donde compré aquellas galletas tan buenas de “Los Simpsons”.

Se me olvida decirle a mis hijos que les quiero, a mi mujer que la quiero, a toda mi familia que la quiero. Así que aprovecho este post para deciros a todos: Os quiero.

Se me olvida el cine en el que vi “Los Gremlins” por primera vez…espera, ya lo recuerdo fue en el Urgel, ¡ay no! en el Coliseum. También venderme mejor, sí, eso me falla y mucho, contestar los”Whats apps” y el tiempo que hace falta a la hora de hervir el arroz (eran 15m, ¿no?).

Se me olvida (y esto si que me jode) el nombre de la chica con la que me di el primer beso, pero de aquellos de verdad, de película. Creo que era Laura, pero tampoco me jugaría mi muñeco “edición limitada” de Will Smith de la peli “Wild Wild West”, la verdad. Sé que era guapa, rubia y que aunque quedé con ella al día siguiente en plaza Cataluña y me dio plantón, no se lo tengo en cuenta. Porque fue mi primer beso y eso, nunca se olvida.

Se me olvida el día que vi “El Fantasma de la opera” en Londres. Y una mierda! Eso tampoco se olvida, el «Her majesty’s theatre», las preciosas calles de Londres y el “fish and chips” bañado escandalosamente en mayonesa. Se me olvida actualizar este blog, se me olvida el porque  empecé escribir en un blog, se me olvida que me prometí no hacer más “raps” como éste post…no hay duda alguna: Se me olvida.

Al igual que se me olvida quien soy, o quizás nunca lo haya sabido, o más bien se me olvidó que un día lo supe o que se yo. Visitar más a mis abuelas, ir a buscar el patín que me dejé en la librería “La Petita”, las clases de guión de Sergi Martín, me cago en…! Con lo buenas que eran.

Se me olvida coger el paraguas los días lluviosos y las gafas de sol los días más preciosos. Se me olvida donde tengo el castillo de los “Secret Wars” de Marvel, y siempre se lo pregunto a mi madre y ella no lo sabe, pero es mamá, y estoy seguro que un día lo encontrará. También se me olvida donde está el guión de “los peores años de nuestra vida” dedicado por David Trueba, dar los “buenos días”, cerrar el grifo cuando me lavo los dientes, y en que “C.D” de Queen está esa cara “b” cantada por Brian May y  llamada “Leaving home ain’t easy”…que tanto y tanto me gusta.

Se me olvida que mis hijos son NIÑOS.  Ah y se me olvidaba: Que el ADULTO soy yo.

Mierda, se me olvida lo que realmente importa.

Este fin de semana fui al “Gestionando Hijos”, un brutal evento relacionado con la crianza y educación, con un montón de ponencias a cual más maravillosa, aunque sin duda, la de Cristina Gutiérrez de la escuela “la granja” me tocó la fibra, me tocó el alma. Gracias Cristina por hacerme recordar lo que realmente importa: Los niños, sus emociones, lo que sienten, lo que perciben de nosotros, su mundo, lo importante que es su mundo.

Ellos y ellos.

Ahora queda recordarlo día a día, recordarlo en cada instante, recordarlo en cada momento. Y ya puestos, recordar también  quién demonios tiene mi peli de “Elizabethtown”.

Sí, eso también por supuesto.