ELIGE SER PADRE.

Elige ser padre.

Elige ser padre, comerte tus palabras y aceptar que la cagaste aquel día juzgando a tus padres.  Elige métodos de crianza, seguir soñando despierto y comerte a escondidas de tus hijos  las guarradas con grasas hidrogenadas “low cost”.

Elige hacer colecho y dormir poco, elige una cuna y dormir poco. Elige hablar a todas horas de tus pequeños y dormir a las piedras, y que de paso éstas, deseen verte arder en el infierno. Elige ser un puto monotema. Elige no cambiarte el jersey ese con la potada o mocos de tu hijo, elige a las toallitas como el mejor amigo del hombre…y al perro que le den.

Elige un hospital para parir o como eres un poco “hipielongui”, pares en casa y que lo grabe tu colega con la cámara esa molona con la que hace los videoclips de los “The Crab Apples”. Elige un plan de parto, elige los “bodies” de tu princesa Mononoke o principe Valiente, lactancia materna o biberones, elige pedir “tupers” para la madre en vez de cremitas del demonio o juguetes peores que Chucky. Y a ser posible que sean macarrones y tortilla de patatas, que cojones. Elige que no jueguen con el bebe a “La bola loca”.

Elige portear y que te mire todo el puto barrio. Elige un cochecito como “El coche fantástico” y que hable y todo,  y  de paso que atropelle a las viejas que te den consejo sin pedirlo en el Supermercado. Elige volverte loco, elige envejecer como nunca, pero también amar como nunca y ya puestos, ser un niño otra vez.  Elige quedarte sin torneo de “play”, elige quedarte sin “play”, elige no tener pasta para comprarte una “play”.

Elige estar más perdido que el puto Tom Hanks en “Naufrago” y sin una puta pelota como acompañante. Elige que todo el mundo se contradiga cuando le preguntes,  y acabes peor que en aquella prueba de encontrar el formulario A-38 en “Las 12 pruebas de Asterix”. Elige no salir de marcha con tus amigos hasta el 2087, elige no contestar las llamadas ni mensajes, elige que alguno no lo  entenderá y se quedará en el camino. Créeme, elige que le jodan.

Elige alejarte de las etiquetas para empatizar y jugar con ellos. Elige amarles para siempre. Elige venderle el alma al diablo a cambio de 1000 kg de paciencia. Total,  el infierno mola más. Elige pasarte lo que dura “Lo que el viento se llevó” para acabar una conversación con tu pareja, elige pasarte todo el tiempo del mundo en el parque. Elige que es muy probable que  ellos no se emocionen con esa peli que a ti te emociona, elige que se pasen horas jugando con un cuchara de madera y no con la torre de control de “La patrulla canina”, sí, esa con la que  casi hipotecas tu casa.

Elige conocer a otros padres maravillosos y a otros que habitarán en Mordor, elige colegio público o privado, elige ir de puto culo todo el día, echar de menos los revolcones con tu mujer y un viaje a Eurodisney o ni que sea a Gavá. Elige cuestionarlo todo, el pediatra, el monitor del comedor, el método de aprendizaje del cole, las extraescolares, las galletas, los juguetes,  los zumos, la tv y hasta al pobre señor Pedro de la bodega.

Elige decir eso un millón de veces de: “Ser padre es lo mejor que me ha pasado en la vida”, porque lo es. Elige quejarte a todo Dios y que encima te lo recriminen, elige crear  un blog, para no tener que calentarle la cabeza alguien, lo escribes y quien quiera que te lea. Elige besar como nunca, y hacer el burro como nunca también. Elige vivir un puto dejavú las 24 horas del día, decir frases que te juraste que nunca les dirías a tus hijos, y preguntarte porque cojones hasta  las tostadoras tienen un puto manual y  ser padre no.

Elige y sobretodo acepta,  que tus hijos son niños al igual que tú lo fuiste una vez. Y que además con un poco de suerte,  algún día elegirán ser padres.

Pues eso, elige ser padre.