Crianza

NIÑOS

No  dejan acabarte el último Premio Planeta en el parque de delante de tu casa. Ni comerte tranquilamente el arroz con bogavante. Quieren todos los juguetes  del catalogo de reyes. Gritan, corren y se comen los mocos. Hablan a voces en cualquier lado, provocándote una severa migraña. ¿Que no saben que tienen que estar calladitos? En la caja de los supermercados siempre les montan el pollo a sus padres, mientras tienes que aguantar el espectáculo en primera fila. Lo quieren todo, lo cogen todo, lo tocan todo. Crees que están malcriados, que son consentidos, unos pequeños tiranos… No hacen puto caso a nadie, y menos a sus padres. Demonios con sus tridentes afilados. Vuelven a gritar, que dejen de gritar  que la cabeza te va a estallar. Comen como si llevaran 8 meses sin comer, se mojan en los charcos, te preguntan cosas sin conocerte de nada.

En los restaurantes no paran quietos, y eso hace que tus digestiones sean pesadas, muy pesadas. Si piden pollo, luego quieren pescado. Si piden sopa, luego quieren macarrones, seguro que eso es para putear, aseguras a todo el mundo. Tiran el agua, gritan una vez más, dan golpes, arrastran la silla, a muchos se les olvida a menudo el “por favor” ¿y si no tienen lo que quieren? Pues  venga  a llorar y llorar.

Piensas que lo quieren todo, que son mal educados y como te gusta etiquetarlos: Brutos, empanados, listillos, llorones, tontos y pesados. Torean a sus padres, se apoderan de la tranquilidad de los buses, metros y trenes, ellos si que son unos terroristas siempre has pensado.  Siempre llenos de tierra, siempre llenos de mocos, siempre tan guarros, joder si van guarros.

Las salas de espera de los médicos están repletas de ellos, que por una simple tos seca, sus padres les llevan pensando que les quedan dos horas de vida. No se cansan de molestar, de tocarlo todo, de hablar en voz alta, y tú que estás ahí esperándote curar ese maldito resfriado, te preguntas una y otra vez: por Dios, ¿Acaso se han tragado un puto altavoz?

Hablan en el cine, tiran las palomitas, porque mira que son torpes, y siempre has creído que deberían prohibirles la entrada en la sala, por mucho que en la peli salgan duendes y hadas. No se cansan de jugar, de liarla, da igual que sea en el Natura, el mercado, en la ferretería o en el H y M.  No te quieren dar besos, no  te ponen buena cara y siempre van llenos de babas. No van cogidos de la mano, se suben a todos los lados, ¿a caso son monos? Te preguntas una y otra vez sin obtener respuesta alguna.

Que veten su entrada en museos, hoteles, centros comerciales, bibliotecas, tiendas…que veten su entrada en todas partes y ya está. Porque son unos mal educados gracias a sus padres, que se lo consienten todo, absolutamente todo,  sentencias allí donde vas.

“Amigo” adulto que te molestan tanto  los niños: No olvides nunca que TÚ no hace mucho, también fuiste  un niño.

Dime, si algún día te encuentras con él, ¿podrás mirarle a la cara bien?

Carlitos Dracula

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6 comentarios en “NIÑOS”

  1. Bravo,bravísimo! Yo no me corto, y si Noé está llorando y mientras le consuelo veo que alguien me está mirando con cara de pocos amigos no dudo en soltarle un:»¿Y tú que miras?» Eso y la cara de pongo de medusa endemoniada me funciona jaja

  2. Muchos te miran por envima del hombro y la mayoría de ellos cuando eran niños, eran así o incluso peor. Pero oye, si te molesta… ya sabes donde está la puerta, que ellos también tienen derecho. Esto de vivir en una sociedad vieja, donde los adultos han tomado el poder, no mola nada.
    Saludos

    1. Patri, no mola nada, tienes razón. En mi barrio está lleno de gente mayor y muy poco empática con los niños, y lo mejor es salir de casa bien relajadito y con una catana en la mano por si acaso 😉
      Abrazos!

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