ECHO DE MENOS.

Echo de menos los torneos de play hasta las tantas horas de la madrugada, echo de menos tener una play. Las noches de red bull con vodka en pub irlandeses arreglando el mundo, chistes de tetas y pollas,  consolarnos  los unos a los otros por esos mensajes no respondidos de aquella chica tan mona. Comidas grasientas en centros comerciales,  sobredosis de cafeína, comernos el mundo y luego…bebérnoslo.

Echo de menos las horas en el sofá estirado con mi mujer, sueños en el mismo barco, los  besos apasionados, el “aquí te pillo, aquí te mato”, noches de adolescentes sin serlo.  Conversaciones acabadas, comentar la jugada, miradas cómplices, dormir en mi cama.

Echo de menos tener tiempo para rascarme los huevos, para escribir de cualquier cosa que no sea de niños, acabar de leerme los libros llenos de polvo, ver las pelis aún precintadas, tener tiempo para perderlo, ir al cine cada semana. Comer mierdas sin tener que hacerlo a escondidas, comer en restaurantes guais sin que nadie nos mire, digestiones bien llevadas, sobremesa en el sofá con peli y manta.

Echo de menos los viajes. En pareja, con amigos o solo a la vuelta de la esquina. Los conciertos, las barbacoas, los festivales de cine viendo 4 pelis al día. Gastarme el dinero en chorradas, decir tacos a mansalva,  poder ver las noticias sin que nadie se me queje, noche de pelis de terror y sexo explicito. Ropa sin mocos,  no constiparme cada semana, echarme una siesta en una cama  del tamaño de Australia, tener la casa ordenada.

Echo de menos no estar sufriendo las 24 horas del día por todo, no tener que dar ejemplo de absolutamente nada, ser un puto ignorante  en el rollo este de la crianza. Que los niños de la calle  no me llamen “señor”, que cuando griten “papa” no me gire angustiado pensando que  son los míos.

Echo de menos tantas cosas que no tendrán importancia cuando las vuelva a tener, y lo que entonces eche de menos…sea a vosotros dos.

Ya os empiezo a echar de menos pues…