Soy padre. ¿Pero sabéis una cosa? También soy persona. Es más, fui persona antes que padre.
Y tanto como padre, como persona, como cualquier hijo de vecino, tengo mis sueños frustrados, mis sueños cumplidos, mis piques familiares y mis cafés tamaño Terremoto Earthquacke. Intento llegar a todo, y me quedo en el camino, pero también intento llegar a fin de mes, a acabar un partido de básquet sin pedir un tiempo muerto y a llegar a tiempo a la cita con mis compis come-hamburguesas guarras que no entienden de porteo ni de colecho.
También quiero responder todos los mensajes de whats app de mis amigos, y a todas sus llamadas entrantes, pero también quiero responder a todos los “papás” de mis hijos, ya sea porque quieren más agua, una tirita con poderes o jugar conmigo con los “ninos”.
Juego con mis hijos, juego a que soy un dinosaurio, un come-barrigas o un reptil malvado. Juego a veces a que me enfado con la gente, juego a que no juego a nada, juego de base en las pachangas y vendería mi alma al diablo por comprarme una play 4 y pasarme toda la noche jugando.
La casa esta hecha un asco. Rectifico, la casa está llena de polvo, montañas de ropa, obstáculos en forma de juguetes, una nevera delirante y un armario lleno de guarrerías (mejor no preguntéis). No obstante, la casa mola, os lo aseguro.
Busco trabajo remunerado en esos grupos masificados de whats app y echo currículums que no me cogen en los sitios por el rollo ese de la “protección de datos”, sin embargo, sigo pensando que tengo el primer y segundo mejor trabajo del mundo mundial: Criar a mis hijos, y luego escribir sobre ello.
Se me escapa algún grito. Perdón, se me escapan algunos gritos con los niños. Y no estoy orgulloso, para nada, pero también les pido disculpas, les pido perdón y me siento muy culpable, y entonces pienso que esos gritos deberían ser guardados en un saco y arrojárselos a los villanos de este mundo…que por desgracia hay muchos.
Les cuento cuentos a mis hijos y debería contarles muchos más, porque lo más importante es volar. Pero también cuento las horas para que venga mamá, hago el cuento de la lechera, conozco a muchos que tienen mucho cuento y me encantaría contarme a mi mismo un cuento del Eric Castel o el Tintín.
Me enfado con mis hijos y tengo poca paciencia, muy poca. Sí, aunque predique con el apego, el amor y la empatía y lo quiera llevar todo a la práctica, pues hay ocasiones que no sale del todo como uno quisiera. También me enfado con la vieja que se me cuela, con el vecino borde, con los que van de demócratas sin serlo, con las injusticias de este mundo, con según que prácticas escolares y con el final de “Perdidos”.
Mis hijos se quejan. Se quejan a la hora de vestirse, cuando hay que salir de casa con prisas o cuando para comer hay comidas verdes que no sean macarrones con frankfurt. Y yo también me quejo, me paso el puto día quejándome de todo, hasta de los skaters de la plaza Universidad. ¿Me imagináis con 80 años? Yo no.
Algunos me llaman mártir, otros llorón (llevo toda la vida escuchando esto último), perdón por quejarme, pues. No soy un padrazo, tampoco un buen padre, un mal padre o un desastre de padre. No soy mala persona, ni un tirano, ni un retorcido, ni el tipo de los vídeos del Youtube, pero tampoco soy un santo, ni Mickey Mouse, ni el Padre Abraham de los Pitufos.
Soy padre, sí. Pero también soy persona, con un montón de errores, un montón de ganas de hacerlo bien y un montón de cosas buenas, creo yo. Y por supuesto que quise y quiero tener hijos…pero perdón por no ser “el mejor padre del mundo”, es lo que tiene ser humano, es lo que tiene ser persona, es lo que tiene ser padre.
Foto: Vicens Gimenez
Lo del final de perdidos es la prueba irrefutable…
Reconozco que cuando lo vi me emocioné, pero imagino que fue porque era mucho tiempo siguiendo la serie. Con los meses, te das cuenta que el final es malo, malo… Saludos! 🙂
A mi me hizo falta también tiempo. Aproximadamente un segundo para ver que habían defecado encima de toda la serie, con ese final. Y fuimos de los que madrugaron y abrieron el sofá cama del comedor para verlo. Nunca había dicho tantas palabrotas juntas…
Hola, es la primera vez que me paso por aquí y la verdad es que me ha encantado tu post. Creo que me ha encantado porque, a parte de que está muy bien escrito y con un lenguaje directísimo, me siento identificada. Yo no soy padre, soy madre. Pero también persona. Y, sí, quieres llegar a todo y a veces no llegas y no haces las cosas como querrías hacerlas. Y encima luego te sientes culpable… A veces se nos olvida que somos humanos y que los papás también nos equivocamos 😉
Muchas gracias por quedarte por aquí EL RINCÓN DEL PEQUE.
Yo me siento culpable cada día, pero intento hacerlo también mejor cada día, je,je. A veces, lo consigo y todo! 😉
Saludos
Reblogueó esto en Sac de Recordsy comentado:
I es que la dificultat de la paternitat, no es ùnicament femenina!!!
Sac de Records, moltes gràcies per compartir!! 🙂
Me ha encantado tu post. 🙂
Muchísimas gracias!! 🙂 Saludos!
Jaja,como me identifico con todo, es q soy madre gruñona donde las haya 😉
Anda! como yo! 😉 Saludos
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Ibie mola como una ola!
Varios meses leyendo tu blog, he leído todos tus posts, sintiéndome siempre identificado 100%, me has hecho reir, pensar, e incluso llorar alguna vez, y por fin hay algo en lo que no estoy de acuerdo!!! A mí me gustó el final de Perdidos 🙂
Muchas gracias por tus palabras Cosmo Kramer. jajajaja, que bueno lo del final! Insisto, la primera vez que lo vi, me emocionó mucho! Pero luego pensándolo ya no me gustó con los meses… Saludos! 🙂
Ay, que mágico eres cuando escribes… Y cuenta, cuenta eso del armario de guarrería!! xDDD
Guapa!!! muchas gracias por tus palabras y por todo! Lo del armario? Buff, huevos kinder, chocolatinas, chuches…vamos, que Basulto me colgaría de un pino, je,je
Besotes
Me encanto Carlitos! Pensar que trabajamos juntos en EL cine! Juaaaaa que bueno encontrarte en esta etapa besos
Guapa!! que ilu saber de ti!! me acuerdo!!! que coincidencias!!! Besotes
Carlos, ¿son cosas mías o yo te veo ahora más delgado y más moreno? ya ves, la hondura d pensamiento con la que me he levantado hoy para completar tu reflexión de este post.
jajajajaja! ahora estoy más delgado y con más canas! jajajaja! y con una cara de zombie que ni te cuento…estos niños… 😉
Yo no lo habría dicho mejor. Cómo te entiendo, y comparto todo lo que dices…no te digo como está el piso de polvo…jajajaja
De Mamis muchas gracias! Aquí el polvo es como el miembro número 5 de la familia en casa…aix!!
Saludos!
Aixx, hombre, como te entiendo. Ánimos. Todos lo hacemos lo mejor que podemos y aunque soy la number one en autoflajelarme y sentirme culpable, te digo que tu no lo hagas, que no tenemos que hacerlo ninguno, que es verdad que lo hacemos lo mejor que podemos con lo que tenemos y aprendemos día a día lo que es ser padre y a veces nos sobrepasa y tenemos malos momentos. Yo cuando es así, miro la cara de la enana y todos esos males, ese remordimiento pasa, así que te digo que hagas lo mismo.
Saludos
PD: Mi piso tiene polvo, antes también pelos de gato que parecían como esos arbustos rodantes del oeste. Ropa sin colocar, ropa dentro de la lavadora, que lavo hasta tres veces porque me olvido, ropa en la secadora echa un ñapo, ropa colgada en el tendedero desde hace un par de semanas. Ropa encima de la cuna de la peque que se tiene que guardar porque no le vale y quiero guardarla por si algún día llega la hermanita deseada. En fin, que tranqui colegui que aquí estamos todos para apoyarte y decirte. NO ESTÁS SOLO!
Me ha encantado la descripción de tu casa Patri!! Muchas, muchas gracias por las palabras, de verdad. Cualquier cosa, ya sabéis que aquí estamos.
Besos
A veces os leo y me quedo sin palabras pero a la vez quiero comentar. Que dilema. Diré que el polvo es un buen compañero y el desorden mola mucho, siempre habrá un pasatiempo a la hora de buscar o de recoger.
Un saludo!