Un día quiere ser socorrista de piscinas, otro algo de “imagen y sonido” como lo que estudió la mama y el papa, otro día Martí va de rojo y con gorra y dice emocionado que se parece a un pizzero. Otro día Martí y Mario ven “Toy Story 2” y cuando aquel anciano arregla el brazo roto de Woody, me dicen entusiasmados que quieren una maleta como el entrañable anciano y arreglar muñecos también, y entonces yo les grito sonriendo: Como el tío Javi!
Hay días que Martí quiere ser algo relacionado con el mar: trabajar en el “Aquarium”, ser submarinista, capitán de un barco o pirata, qué más da, lo importante es que haya agua, peces y si se moja, pues mejor. Otros Martí quiere ser algo relacionado con las pociones. ¿Químico? ¿Inventor? Da igual, con que pueda mezclar cosas, ya le valdrá.
O astronauta y poder pisar su querida y amada luna…creo que eso es lo que más quiere en este mundo y cuando me lo dice tan seguro y convencido, no tengo ninguna duda que tarde o temprano, la pisará.
Cuando Martí de pequeño veía a los de “Barcelona Neta” quería ser como ellos de mayor…sí, porque ellos no solo limpiaban, recogían y cuidaban los parques, también tenían contacto directo con ese elemento que despierta tantas pasiones en Martí, en Mario, y en la mayoría de niños: Los palos.
Hay días que Martí quiere trabajar en todos los trabajos que ha trabajado el papa: En un cine, en la librería La Petita, contando cuentos a los peques del PobleNens…qué más da, lo que Martí quiere es trabajar con el papa.
Hamburguesero como Bob Esponja, escalador, “casteller”, pintor, portero de cine, de fútbol, mecánico, mago, currante de un camping, músico, pastelero, juguetero…
Alfons Gonzalez fue mi profesor particular cuando era pequeño. Un chico encantador, listo, cariñoso, amable, él no solo me ayudo a centrarme, también me descubrió “El jueves”, el grupo musical “Els pets” y me enseñó la importancia de las cosas, sobretodo que todo tiene su momento: hay momentos que hay que meterse caña y hay otros que hay que descansar. Un día Alfons al leer mi blog y al ver mis vídeos puso un comentario que decía algo así: “tanta dispersión, tenía una razón…”.
Sí, yo siempre estuve muy disperso, y nunca supe que quería hacer…y él me ayudó junto a muchas otras personas, a encontrar mi «razón».
En el camino de la vida hay personas que lo tienen claro de pequeño lo que quieren ser, lo que les gusta o apasiona, y hay otras que no. Hay personas como J.A. Bayona (director de cine), que al ver con 3 años “Superman”, quiso ser director de cine y lo consiguió. Hay otras que con el tiempo, pues lo descubren y lo consiguen, otros descubren su vocación o pasión de un día para otro, otros lo siguen buscando, y otros lo llevan dentro en el corazón, en las redacciones, en los textos que le han acompañado el día a día, ese compañero de viajes que te va diciendo día a día: “eso es lo que te gusta muchacho, no lo dejes nunca”. Por eso el que os escribe le cuesta tanto dejar el ordenador en casa cuando se dispone a hacer su viaje más largo en un coche jamás hecho con los niños: Sí, a Chiclana, o como diría Martí: “La fábrica de chicles de la Ana”. Porque las libretas, los bolis, las hojas en blanco y el ordenador…son mi “dispersión” que diría Alfons, o mejor dicho: Mi «razón». Por eso me gusta tenerlos cerca, incluso en vacaciones.
Bueno, una libreta y un boli bastarán…
Muchas gracias por las palabras Alfons, pero sobretodo, gracias por ayudarme en el camino de encontrar mi “razón”.
Jugadores de fútbol, karatekas, gimnastas, administrativos, vendedores, qué más da lo que seáis cuando seáis grandes hijos míos, mientras lo hagáis con el corazón, y encontréis vuestra «razón». Yo mientras tanto, al igual que vuestra madre y toda la gente que os quiere…seré vuestro Alfons.