Un blog hace que te desahogues, y entonces…te ahorras las consultas al psicólogo, y salir corriendo y “hacer un Forrest Gump” o empaquetar a tus niños con ese plástico de petar burbujas que tanto les gusta, y enviarlos a Vulcano con Mr Spock o a Melmac con Alf. Un blog te hace conocer a gente maravillosa, padres y madres bloggers con los que te irías al fin del mundo, padres y madres con los que te pasarías horas charlando de la vida, amigos, soñadores, niños grandes, grandes niños. Un blog te hace compartir, compartir y compartir, tus cosas, las de los demás, pero sobretodo, te hace ver que si una vez pensaste que a tu niño le pasaba algo porque veía la tele del revés, se levantaba de un mal humor inaguantable, mojaba la croqueta en los “Petite Suisse” o estaba continuamente a la defensiva contigo…quizás al que le pasaba algo, sí, era a ti, ¿y lo que le pasaba a él? Pues nada, que era un niño.
Un blog te hace soñar en un mundo mejor, sí, suena a peli de Disney llena de chuches, y es una expresión un poco ñoña, bueno, muy ñoña, pero joder, no estaría mal un mundo más solidario, más bonito, menos gris, más humano. Un blog te hace ver que no estás solo, que ahí fuera hay un mundo paternal a punto de volverse loco igual que tú, por lo tanto, porque no salimos del armario todos (en especial los papis) y nos ayudamos un poquito hablando y compartiendo? Un blog te hace vivir, soñar, alegrarte, decepcionarte, sonreír, llorar, subirte el ego, bajártelo de golpe, cabrearte, saltar de nube en nube, ser feliz. Un blog hace que te reencuentres siempre con ese niño de orejas de soplillo que hacía la ola cada vez que la profesora decía de hacer una redacción, te hace reencontrarte una y otra vez con él, y abrazarlo fuerte, muy fuerte, para decirle que siempre, siempre vas a estar ahí. Un blog te hace sentir mejor padre, o menos mal padre, o mejor persona, o darte cuenta continuamente de dos cosas: Que no lo estás haciendo tan mal, y que lo puedes hacer mejor, muchísimo mejor.
Un blog mola, porque eso de blogger pues como que la palabra ya mola, y no, no tienes un puto duro, pero no sé…mola, y si ya tuvieses huevos de dejarte bigote, ¡pues molarías más! Ya me veo el Martí en el cole respondiendo a la pregunta “¿de qué trabaja tu papa?” de cualquier amiguito: “Mi papá es blogger…¿¿¿y sabéis que??? ¡¡¡Tiene bigote!!!” Aunque la reacción de su amiguito sería mucho mejor: “¡¡Uala tiene bigote!! ¡¡Como mola!!…emmm Que es blogger??”. Un blog hace que tu mujer te diga que eres una farsa cada vez que te enfadas de mala manera con el niño, o le preguntas acojonado: “¿pero qué le pasa al niño?”. Y ella te responde: “Lee tu blog, anda”, y es que a veces sí…”Del dicho al hecho, hay un trecho”. Y es que a veces si…soy una farsa.
Un blog hace que escribas en periódicos y en revistas que admiras, y no pares de aprender, y de seguir aprendiendo, y te pasarías la vida aprendiendo y escribiendo…y escribiendo y aprendiendo. Un blog hace que dos supermamás con mellizos y con otro niño amiguito de Martí te digan cosas preciosas, como que les encantaría que cuidaras de sus bebés…Y tu entonces alucinas, porque que alguien confíe tanto en ti, pues qué demonios, te hace, muy muy feliz. Además si ellas dos te ven capaz de cuidar a tres niños, ¿quién eres tú para dudarlo? Gracias supermamás! ¿¿Padre de día?? Me gusta…
Un blog hace que la gente te lea, y te pare por la calle y te diga que les gustó mucho ese post de los “besos” o el otro de “el colecho”, y entonces te pones rojo de cojones, y no sabes que decir, y les dices que de verdad, que no lo haces tan bien, que solo te desahogas, pero esas palabras, perdón, esas preciosas palabras, perdón, esos maravillosos “inputs” de los que hablaba Dj Niño de los “Pinker Tones”, son la energía, fuerza, perseverancia del día a día, lo que realmente hacen que no tires la toalla, que a veces, suele estar demasiada mojada. Gracias a todos.
Un blog hace que después de 2 años sin saber nada de tu amigo Marc, escribas un post para sacar esa pena que llevas en tu mochila del día a día y entonces, tú que llevas años siendo el fan numero 1 de los finales felices…pues tienes uno, y entonces, recuperas esa amistad, recuperas a “tu hermano pequeño” y gente que no creía en ese tipo de finales…pues vuelve a creer en ellos.
Los blogs hacen de todo…incluso milagros.
Cuanto me alegro que a pesar de la ñoñez que conlleva la frase, hayas encontrado tu final feliz con Marc. Y tu que decías en el post que no lo iba a leer!! Que nos quede claro que la vida (y un blog) son algo maravilloso!!!!
Ais……. Qué bonito…….de verdad…..
Un blog hace que un tetero empiece a plantearse si no se está enamorando de un blogger.
¡Enhorabuena buena equipo Carlos-Marc!
*hetero
Gracias Gracias por tus palabras por lo que dices y como lo dices.
Me alegro de tu final feliz, me alegro un montón. yo también creo en ellos y cuando te leí desee que ocurriese.
Sigue por favor aún con toallas mojadas aún con dudas por todo el cuerpo sigue.
Te viene bien,nos viene bien.
Un saludo.
Ayyy, que me emociono!! Muchísimas felicidades por ese final feliz que no esperabas. Y gracias por seguir escribiendo tu blog!!
Es genial que el blog te haya abierto esa puerta. ¡Aprovecha la oportunidad! Porque escribir es lo que te va a hacer feliz.
Felicidades!!!! Un blog es una puerta que te abre a un mundo maravilloso. Yo lo descubrí hace tiempo con mi primer blog, pero ahora con el segundo estoy conociendo gente absolutamente maravillosa que necesito en mi vida.
Felicidades por ese final feliz. Te lo mereces!!!!
Besotes!
Todos estábamos deseando esa foto con Marca!! Enhorabuena!!
Ais, pues sí, es así!! Coincido en todo lo que has explicado!! Que grande es ser blogger.
Un abrazo!!
¡¡Bien por ti… y bien por Marc!! Por cosas así, simplemente ya merece la pena ponerse «manos al teclado»…