LOS PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA…

Estaba estirado, medio dormido, reventado después de llegar de Madrid de la presentación del e-book #Papiconcilia (maravilloso ebook sobre conciliación que os tenéis que bajar de este enlace ya!), y con una digestión demencial después de la Big Burguer que me metí sin apenas pestañear, con huevo y todo, y  junto a mi amigo Enric Bastardas en aquella área de servicio llamada “CafeStore”. Y entonces…escuché unos pasitos, luego escuché la entrañable voz del “Doraemon” en la TV, y luego escuché una dulce voz que decía: “Lo siento Carles!”.

Sí, estaba en Manresa, en casa de “Los Bastardas”, la dulce voz era la de Mariona (la mujer de Enric), ¿y los pasitos? Del pequeño Nil. Me levanté entusiasmado, ¿y sabéis porqué? Pues porque por fin, iba a conocer al pequeño gran Nil, y por fin, iba a conocer al pequeño gran Martí, sí, los hijos de Enric y Mariona, los protagonistas de la historia.

Allí estaban sentados desayunando, los dos hermanos de las que tantas y tantas aventuras he leído. El pequeño Nil no se asustó al ver en su casa a un extraño con la camiseta del Barça y con cara de zombie, y al irse al cole sin conocerme apenas de nada, se despidió de mi dulcemente con un “adiós Carles!”. El hermano mayor Martí,  me sonreía de reojo todo el rato, el Martí  que es como mi Martí, al verlo veía a mi Martí, almas gemelas, como su padre y un servidor, y  como dice Enric: “Cuando juntemos a los dos “Martís”, provocarán un agujero en la tierra”…le doy toda la razón del mundo. Y la dulce Mariona con una sonrisa grande, muy grande, que digo muy grande…gigante! siempre sonriendo! 🙂 . Y Enric, con el que viví un viaje apasionante de un día a Madrid y que explica con un cariño brutal en este emocionante post,  y que casi me hace llorar el cabrón…

Y entonces hubo un momento que los dos hermanos abrazaron a su padre mientras veían el “Doraemon”…y entonces pensé: “Joder, ésto es un buen padre!»” y el tiempo se paró. Y esa escena se ha quedado en mi retina, para siempre, me la quedo.

Deciros que al conocer a los protagonistas de la historia, o sea,  a Martí y a Nil, tuve una sensación de felicidad absoluta. Una sensación muy similar a cuando David Trueba me firmó el guión de “Los peores años de nuestra vida”,  a cuando Sasa Djordjevic me firmó aquel autógrafo aun siendo jugador del Barça, a cuando Jordi Basté me presentó aquel libro tan friki. Una sensación muy similar a cuando Javier Guerricaechevarría (guionista de guionistas) se hizo aquella foto conmigo, a cuando Quim Monzó me firmó su libro “Guadalajara”, a   cuando Juliette Lewis le dijo a su agente que y tanto que me iba a firmar el autógrafo, que daba igual que hubiese empezado el film “La milla verde”. Muy similar a cuando me firmó aquel autógrafo Corey Feldman (sí, “Bocazas” de “Los Goonies”) en un viejo papel con los horarios de las películas del cine en donde trabajaba, y que en  dicho autógrafo decía: “Thanks, God bless you” y  sobretodo, muy, muy similar a cuando unos meses más tarde de aquel día,  conocí al bueno de Corey en persona, lo vi en acción, rodando una escena, me hice una foto con él y entonces, el niño que aún vive en mi interior fue el niño más feliz del mundo.

Sí, cuando conoces a gente que admiras  de tu  día a día, los creadores de la  música que escuchas cada mañana mientras te comes el croissant y café con leche, los escritores de esos libros que devoras cuando tus niños duermen, los pintores, los deportistas, los dibujantes o directores de cine que tanto admiras, o los autores de esos blogs que lees y que te ayudan tanto y tanto a entender esto de la paternidad, vamos, los protagonistas de la historia…pues eres muy  feliz.

Y sí, yo admiro a estos dos niños, admiro a sus padres, porque he leído tanto y tanto sobre ellos, conozco tantas cosas buenas, anécdotas, momentos felices, rabietas, “San Jacobos”, fiestas de niños super-curradas, viajes en coche, risas, galletas Oreo, InviZimals, platos de macarrones…que ya forman parte de mí. Como la gente que admiro, las cosas que adoro, la vida que vivo.

Cuando sigues un blog de alguien, de alguna manera, ya  es parte de tu vida. Toda su felicidad, es la tuya. Toda su tristeza, también lo es. Todo lo que comparten contigo, te hace brillar, te ayuda, te hace sonreír, te preocupa, te hace pensar, te hace vivir.

Los blogs son eso, compartir, y ser feliz. Por eso cuando me levanté a las 7.30 de la mañana después de haber dormido 4 horas, con una digestión “made in CafeStore”, y con un sueño tremendo y conocí a los protagonistas de la historia, supe (si aún no lo sabía), que esto de tener un blog está muy bien, pero leer un blog y compartir momentos con la familia del blog, con los protagonistas de la historia…no tiene precio.

Gracias pues por dejarme formar parte de vuestras “Personitas Creativas”. Gracias por estar en mi vida.