Tengo dos amigos.
Tengo dos amigos que mañana estarán tranquilos, muy tranquilos, porque no conocen que es eso de “la adaptación”. Eso que suena a viejo, a abstracto, a rancio. Eso que hay coles que lo respetan y dejan hacer al niño junto al padre o la madre, y otros que qué más da que el niño llore, los papas tienen que marcharse…ya.
Ellos, desde el respeto y el apego crían a sus hijos de 5 y 8 años en su hogar, y desde que éstos vieron la luz en este extraño mundo, y utilizando pautas del “método Montessori”, aman desde que desayunan las tostadas con mermelada de buena mañana, hasta el mágico momento del cuento para dormir…y a soñar.
Los dos papás trabajan, y pueden también estar con los niños. O mamá, o papá o los dos, ¿y los pequeños? Pues siempre, siempre, pueden estar con sus papás.
Tengo dos amigos que pasan horas y horas con sus hijos y juegan, ríen, lloran, les enseñan, aprenden los unos de los otros, los otros de los unos, sienten, se enfadan, se reconcilian, sonríen, aman, comparten. No hay horas para ir a buscar a los niños al cole, ni reuniones, ni informes…Hay horas para estar con los niños, para compartir con ellos el día a día, las cosas buenas y no tan buenas de la vida. Un aprendizaje contínuo de los 4…
Los niños sienten, juegan, aprenden con sus padres, con su padre, con su madre, con los dos, entre ellos, solos, con otros niños, con otros adultos…
Hacen excursiones con otras familias que también crían niños en el hogar, hacen actividades, manualidades de todo tipo, sí, de esas, que yo a los 5 minutos en casa hubiese huido, “haciendo un Forrest Gump” camino hacia Andorra (por ejemplo).
Y yo me pregunto: “¿como se lo hacen?” “¿Como lo consiguen?” Si yo a la mínima que me quedo solo con mis dos hijos en muchas ocasiones me vuelvo loco y voy camino de parecerme a Eric Castel, y no precisamente por lo bien que juego al fútbol. ¿Y ellos? Todos los días del año…con sus hijos.
Siempre que los veos llevan una sonrisa en el rostro, y siempre, siempre, están con los niños… ¿Os imagináis a estos dos pequeños lo afortunados que son? ¿Os imagináis a estos dos papás los afortunados que son?
Tengo dos amigos que no se esperan a las 16.30 para preguntarles a sus hijos: “¿hoy que has hecho en el cole?” “¿Hoy que has comido?”.”¿Has jugado con el tren, habéis hecho barro o habéis hecho manualidades con pintura de dedos?”, sino que lo comparten todo con ellos: Sus trabajos, sus inquietudes, ir a comprar al mercado, hacer una siesta, jugar, leer, soñar, y todo, absolutamente todo… lo hacen juntos y yo que les envidio, pero sobretodo: Yo que les admiro.
Tengo dos amigos que portean, hacen colecho, escuchan, respetan, y si tienen que repetirles a los pequeños 1000 veces lo que los papás piensan que pueden hacer los niños o no pueden…pues se lo repiten, sí, 1000 veces y siempre con amor y respeto. Los niños van descalzos en el parque, y si se ensucian con el barro o la arena…pues se ensucian, y no pasa nada: es tierra no ácido!!
Pasan de los estereotipos de mierda impuestos por la sociedad, y si el niño quiere un vestido rosa, pues se lo pone, y si la niña quiere jugar a fútbol…pues juega. Y si los niños tienen que gritar pues gritan y si tienen que llorar…pues lloran,¿ y si nos miran en el restaurante?¿ En la plaza o por la calle? Pues que miren. Y lo que es mejor: No solo dejan hacer a los niños, y que se guíen por su interior, y con unas respetuosas pautas de papá y mamá, sino que además, todo esos “inputs” negativos establecidos por la sociedad, la gente, el jodido entorno…les entra por una oreja y les sale por otra.
Sí, a lo mejor muchos piensan que son unos hippies radicales. Yo lo único que sé es que el amor que desprenden los 4 podría tapar la mismísima capa de ozono. Ellos hacen lo que creen mejor para sus hijos, y respetan otras maneras de educar, repito: RESPETAN.
Tengo dos amigos que simplemente dejan que sus hijos sientan…y ellos? Pues sienten junto a ellos con toda la empatía del mundo. Y tienen paciencia, mucha paciencia, pero sobretodo tienen alegría, mucha alegría. Y yo un día quedaré con ellos, haremos un café, un “durum” o una “piña colada” y les diré: “Sabéis una cosa, yo cuando sea grande ya no quiero ser pastelero, arqueólogo o escritor…yo quiero ser como vosotros”.
Tengo dos amigos que mañana no estarán nerviosos, o aliviados, o tristes, o contentos, o expectantes o intranquilos por dejar a los pequeños al cole…Mañana vivirán un día más junto a sus hijos, las 24 horas del día. Un día intenso, inmenso, respetuoso y feliz, muy feliz…Disfrutar amigos míos.
Que dicha la de tener a esos dos amigos, poder conocerlos y aprender de ellos que aun no se dejan cubrir por la sociedad plagada de normas sociales. Felicidades amigo, tal vez todos podríamos aprender un tanto de ese cálido y afectuoso estilo de vida y sobre todo respetuoso. Saludos.
¡¡Madre mía…!! ¡¡Yo de mayor, también quiero ser como tus dos amigos, desde luego!! ¡Qué proeza! Parece que nos dejen al resto de mortales, a la altura del betún…
felicita els teus amics de part meva, son tot un exemple!….m’encantaria ser com ells. I passo totes les tardes amb les meves filles, i intento fer moltes coses, i intento deixar-les fer…(i també intento no tornarme boja)
Si no fuera que solo tenemos un niño y que tiene 18 meses, creería que hablas de nosotros.
Seguramente tus amigos discuten… de puertas adentro. Estar a todas con el bebé cuesta, se duerme poco (aunque sea un angelito y duerma hasta las 9) y se cansa uno mucho. Pero da tantas satisfacciones y el niño es tan feliz de estar siempre con sus padres que estos solo pueden ser felices a su lado.
Y no es por dejar a los demás a la altura del betún: a nosotros la paternidad nos ha pillado mayores (36 y 38), después de muchos (muchos = 14) años juntos y con todos los temas muy hablados y consensuados. Es decir: hemos hecho trampas ^_~
Me encanta la educación con respeto de tus dos amigos, yo firmaba por poder seguir así, como hasta ahora, compartiendo mi día a día con Vikingo. ¡Qué dicha la suya!
Me encantaría ser como ellos de mayor. Viviendo día a día, las 24 horas con mi enana. Sin que nada, ni nadie nos separe, con una educación respetuosa
Jo tb passo les 24 hores, dia rera dia amb els meus dos nens (2 i 4) i es el millor del món