Crianza, Martí y Mario, Mis freakadas

ME QUEDO CON ESTA FOTO.

Me quedo con esta foto. Me la quedo para siempre…de verdad. Me quedo con ese día…sí, aunque mi cara de “Malas Noticias Brown” (los que veías “Pressing Cath” en los 90, sabréis quien es), casi agua la fiesta.

Un verano (perdón, 2 veranos consecutivos)  sin piscinas, ni viajes, ni tiendas de campañas, pero con muchas “platgetas de l’Eixample” y muchos helados de “La Sirena” de esos que «son de 3 helados» (ya sabéis, rollo “Superchoc”, pero de vainilla), como dice el Martí. Y con una toalla molona, pero muchos, muchos nervios, por todo imagino…imagino que por todo. Un verano en el que volví a mi camping de la infancia, me reencontré con él, con mí otro yo niño (si es que alguna vez nos hemos separado). Y pusimos la banda sonora de “Toy Story” 1000 veces en el camino de ida y otras 1000 veces “Rolf y Flor” a la vuelta. Y nuestras protestas se convertían en risas cuando en los peajes, Martí exclamaba al verlos: “¡Me encantan los peajes!”.

Y tanto en la ida como en la vuelta, pues conocí un poco más a mi prima Ana, ¿y ella? Pues ella me conoció un poquito más a mí. Charlando y charlando con la entrañable (aunque a veces me saque de mis casillas) voz del Martí con sus también entrañables: “Tengo sed”, “Tengo hambre”, “¿Hemos llegado ya?”, “¿Queda mucho?” ¿Dónde esta el camping? “¿Dónde está mi “Transformers”?, “¡No oigo la música!” y un sinfín más…

Y cuando estábamos allí en el camping Sitges, ya sabíamos que no podríamos utilizar la piscina, y Martí se enfadó y mucho y con razón. Y el “camping del papa” para él, en aquel momento en el que el señor nos dijo muy amablemente que no podía bañarse, pues era una “puta mierda de camping”…y no, no le encantaba, y la verdad…no me extraña.

Con los días el “tocho” (un amigo que le llamamos así de lo alto que es), me dijo que  él se hubiese colado, pero como diría mi prima Ana, un servidor es un cagón, así que preferí conciliar la mini-rabieta de Martí lo mejor que pude.

Cuando comimos en el restaurante del camping, al pequeño ya se le había pasado. El restaurante estaba igual que hace 30 años: añejo, antiguo, grasiento…encantador…y molaba, vamos sí molaba. ¿Las vistas? Pues un montón de niños jugando felizmente en la piscina, mientras nosotros comíamos alegremente.  Martí comió Nuggets con patatas, y Ketchup con patatas bravas (No, no me he equivocado de orden en las palabras), y salió al «super» y se pidió un helado de “M & M’s”, pero enseguida me lo cambió por mi “superchoc”(no podía ser otro) al ver que ese helado era también de “3 helados”. Y jugamos al billar, y le encantó, y me lo puse a lo “papa Nil” (lo llamamos así por la primera vez que vio Martí al Nil sentado en los hombros de su padre Alex ) y recorrimos el camping de nuestras vidas con mi prima, con mi mujer, con Martí y con Mario…y entonces ese camping, no le encantaba, pero al menos…le gustaba un poco.

Por la tarde fuimos a la playa, y disfrutó como un niño, como el niño que es. Y se dejó el “transformers” en el coche de Ana, y montó un drama y con razón, (duerme con él siempre) pero Ana le envió una foto con su gato cuidando el “transformers” y entonces…durmió tranquilo.

Me quedo con esta foto. Con la de mis dos hijos delante del carro de los helados de delante del «super» en donde un servidor de pequeño, compraba «chuches» con su hermana y sus primos. Y me quedo con lo que me dijo Martí ayer: “Papa, quiero volver al camping”. Y entonces yo al recordarle que no nos dejarían utilizar la piscina, me dijo: “Es igual, solo vamos a comer y ya está”.

A comer y ya está…realmente es un sol. Y entonces le prometí a Martí que muy pronto…no se cuando, iremos al camping y sí, nos dejarán ir a la piscina…ni que tenga que vender mi alma al diablo. A las malas, vamos con el “tocho” y nos colamos, y a ver quien tiene huevos de decirle  algo, que el «tocho» es mucho «tocho»…al fin y al cabo, por algo le llamamos “tocho”.

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3 comentarios en “ME QUEDO CON ESTA FOTO.”

  1. Ya lo creo que vamos a volver (me incluyo) y Martí se va a bañar en esa piscina de agua azul! (y nosotros también), por si acaso invita al Tocho, que nunca se sabe. Fue un día increíble, aunque parezca mentira, hacía mucho que no lo pasaba tan bien 🙂

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