En cuanto me hablaban del tema, en mi perturbada mente aparecían aquellas escenas de la serie «Dexter», en las que el asesino más molón de la tv, se cargaba a gente mala, empapelando las paredes de plástico, repletas de fotos de las victimas de su víctima, inundando la escena de sangre, mucha sangre.
Sí, para mi hace unos años parir en casa, era eso, o almenos eso visualizaba, plásticos llenos de sangre, sufrimiento, sangre…ah…y sangre. Y es que mi total ignorancia hacia que algo tan natural, se convirtiera en mi mente en algo completamente delirante, y entonces, la gente al hablarme del tema, al exponerme las razones porque el parir en casa, era algo seguro, algo natural, algo legal, una elección más, una opción más, opción que por cierto cubría la seguridad social en otros países y que en esos países el parto natural…pues era lo más normal, yo exponía mi discurso de carrerilla, ese en el que argumentaba que claro, en pleno siglo XXI era un paso atrás, que me parecía un capricho de hippies, que joder, no hacía falta, que había mayor seguridad en los hospitales y que pasaba de que mi Play Station 3 se manchara de sangre, de líquido amniótico o de cualquier otro extraño flujo.
Entonces nació mi primer hijo Martí, y fue todo bien y precisamente a eso me agarraba cuando mi mujer me exponía su descontento con el trato, con el parto, con todo en general: «El niño está bien, y eso es lo importante, no?». Pero con los días, las semanas, los meses, lo empecé a ver diferente… muy diferente. Empecé a leer, empecé a informare, a leer crónicas de partos más propias de cualquier serie o película de terror. Entonces supe que era la «violencia obstétrica», la importancia de la empatía hacia la madre…lo esencial que era el respeto hacia ella… joder. Y entonces cuando ya no me parecía que parir en casa fuese como en un episodio de Dexter, nació el Mario, mi segundo hijo. En un parto en donde en el «expulsivo» conté hasta 7 personas, en un parto en el que casi se indignaron cuando les dije que me hacía ilusión cortar el cordón umbilical, en un parto donde le rompieron la bolsa a mi mujer (que lo sé yo), en un parto en donde el «plan de parto» lo utilizaron para limpiarse el culo (digo yo) y en un parto donde mi mujer aun tiene pesadillas y yo me cago en toda ese gente, y a veces pienso que quizás Dexter deberías darle algún susto a todos ellos, la verdad.
Sí, y el Martí está bien, sí, i el Mario está bien, pero ni el primer parto es lo que queríamos, ni el segundo mucho menos. Y sí, por supuesto que hay profesionales como la copa de un pino, y sí, dependerán del sitio, del médico, de un montón de cosas, y por supuesto dependerá de los padres, de lo que quieran, de lo que sientan, de lo que se hayan informado.
Mi amiga Cris, blogger de Mareta Meva, trozo de persona, de amiga, y de madre, tuvo dos partos. El primero no fue muy bien (aquí os dejo la crónica), y el segundo mucho mejor (aquí os dejo otra crónica), pero lo que ella siempre había querido, lo que siempre había deseado… era parir en casa. Tanto es su amor, su deseo, su sueño de parir a su pequeño Joan en su hogar, en su nido, rodeado de su familia, de su tribu, de los suyos, y alejada de sitios fríos con gente desconocida, que ha creado una iniciativa preciosa, humilde, bonita y milagrosa, como todo lo que toca, como buena «hada del gin tonic» que es.
Y es que como parir en casa no es barato, ha creado el Partkami, que es una iniciativa en donde mediante donaciones y sorteos, poder conseguir el dinero para parir en casa, o sea, poder lograr su sueño. En estos enlaces, os lo explica ella mucho mejor.
El Partkami no es solo la creación de una amiga, no es solo el querer cumplir el sueño de una madre, es un grito al mundo de alguien que quiere que su tercer parto, sea lo más cercano posible a lo que ella quiera, siente y desea. Con respeto, con amor, con empatía…repito, con empatía…Por eso os invito que le echéis un vistazo, y que aunque penséis como yo hace años que parir en casa es una locura, un capricho de hippies o que es como en un episodio de «Dexter», entréis en el Mareta Meva, entréis en el Partkami, y miréis lo que Cris nos explica, y veréis como todo lo que dice, es lo más natural del mundo…como parir en casa. Y es que solo por lo que Cris ha sufrido en la vida y solo por lo generosa que ha sido y es con todo el mundo, se merece tener el mejor parto del mundo, o mejor dicho, el parto que ella quiere, desea y sueña, y se merece que le ayudemos entre todos un poquito.
Porque cada persona tiene una idea, una visión y un deseo, de cómo va a ser su parto. Cada madre es un mundo, cada padre es un mundo, y cada parto es un mundo, y la mayoría de las opciones son respetadas, bien vistas, aceptadas por la sociedad, por lo tanto, parir en casa, debería ser una opción igual de válida, respetada y bien vista por todos como cualquier otra, porque sabéis una cosa? Para llenar un comedor de sangre, ya está Dexter Morgan.
Charles, no tinc paraules. Ets meravellós!
Amén a tus palabras. Somos libres para elegir como queremos parir a nuestros hijos. Yo, a tres meses de que nazca Carlota, estoy hecha un mar de dudas. Tengo miedo de que no se me respete en el hospital, que haya problemas,…
Incluso me planteé lo del parto en casa, pero cuando conté lo que pensaba en casa, pues como que me miraron raro. Mi marido me pidió que fuera en el hospital, porque tiene miedo en casa, por si pasa algo. Algo comprensible, pobre, lo entiendo y lo respeto. También te digo que si me pongo en mis trece se haría en casa, pero es que luego, me vienen mis padres, mis suegros, mi cuñada, algunos amigos, le digo el qué y me miran con cara de… ¿pero estás bien de la cabeza? Entonces le cuento lo que leo, las crónicas de algunas madres que dan verdadero pavor y digo yo, no soy libre para elegir? No soy libre para decidir dónde será mejor??
Este año en mi familia han nacido ya tres pequeñines, dos niños y una niña. Una de mis primas me dijo que lo pasó fatal, porque no le hacían caso, otra me dijo que su parto no podría haber sido mejor y otra me dijo que ni se enteró, pues duró solo dos horas. Bendito parto que no te enteras!! jejejejeje.
Así que tengo historias para aburrir, y yo por ahora solo digo. Tengo que ir a ver la clínica, tengo que conocer al equipo, tengo que ver y que me lo expliquen, tengo que notar sus vibraciones, porque si no… No sé que haré. Creo que es lo que más miedo me da, que no hagan caso a mis peticiones y el parto no sea el momento tan bonito que piensas que podría ser.
BESOTES
en bélgica existen «casas para parir» (y sî, lo cubre la S.social, porque parir es un derecho, no?) pero yo conocî mucho después de que naciera mi nena, aunque he de decir que en mi caso el parto fue màs que bueno
Jaaaaaaa apenas lo descubrí q divertido felicidades x la elocuencia…es un don. Ya hasta se me esta antojando q mi próximo bb llegue así al mundo. ¡
Yo no tengo queja de mi parto en el hospital y el papá de la bichilla no soportaría el estrés de un parto en casa sólo de pensar en que se presente alguna complicación y estemos lejos de la «maquinaria» necesaria.
Qué faena tener tan mala experiencia! Pero también hay profesionales increíbles, a mí me atendieron fenomenal y aunque en mi parto también había un par de médicos de prácticas, uno de ellos se iba a atender partos y de todo en África, yo entiendo que tienen que ver para aprender, lo ví así y no pensé en que me estaban mirando, te olvidas y estás a lo tuyo.
A mí me daría miedo parir en casa pero me parece que tiene que ser una experiencia íntima y preciosa, mucho más emocionante y con los sentimientos aún más a flor de piel.
Casi todos los hombres teneis en mente el típico escenario de Dexter o pensais que es inseguro. Padreenpracticas piensa como tu, hasta que la super matrona le explicó que es seguro y no hay inconveniente se mostraba reticente. Genial tu reflexión, la guardaré como cabecera para que la vean otros papis!