Amigos, Crianza, Martí y Mario

EL DÍA QUE EN LA PORTERÍA HUBIERON DOS PORTEROS…

Lo reconozco…me sentí el peor padre del universo, el más lamentable, demencial e inútil. Con ganas de salir corriendo, cerrar los blogs y gritar a todo el mundo que como padre no sólo era una farsa…sino también lo peor. Y es que todo iba genial, Martí jugando con su amiguito Dani por el parque, trepando, corriendo, gritando, riendo….y entonces aparece otro niño con un balón de fútbol, y el Dani que es carne de fútbol, se va directo con el niño a jugar, Martí les sigue. El juego era aparentemente muy sencillo: Dani se pone de portero, y el otro niño, su papá y Martí le chutaban con el balón. Pues eso, Dani se pone debajo de  los palos, y el Martí entusiasmado se pone a su lado, gritando: «dos porteros Dani!». Pero el Dani que seguro que se sabe mejor las reglas del fútbol que muchos tertulianos deportivos le dice muy indignado a Martí que no, que él tiene que chutar, que no y que no. Yo le insisto a Martí que chute pero no, Martí quiere ser portero,  o mejor dicho: Portero número dos o segundo portero y  al lado de su amiguete Dani. Claro, la escena entorpece el juego, y entonces  Martí intenta convencer a Dani de ir al parque con esfuerzos inútiles. Entonces intenta boicotear de manera simpática e inocente el juego, haciéndose ver y llamando la atención y entonces me siento un 0 como padre del tamaño de “El gigante verde” (Sí, el de los guisantes), pero un cero de esos escritos con rotulador rojo de los exámenes de antaño. Y  entonces pienso que quizás debería bajar más al parque con Martí con la pelota, pero es que percibo que el fútbol ni le gusta ni es lo suyo, como tampoco nunca fue lo mío. Sí, yo soy el primero en  saltar como un energúmeno con los goles de Messi, pero pocas veces he bajado al bar a ver los partidos, y lo que es practicarlo? Buff, mejor olvidar mi trayectoria deportiva con el balón en los pies en E.G.B, por no hablar de hace unos años en el «flamante» equipo de fútbol sala, en donde prefería  ponerme de portero aun la tunda que nos metiesen día si día también, a jugar en cualquier sitio del campo, desentonar como el que más y de paso ahogarme a los 10 minutos sobre el césped artificial. Y es que ya lo dijo una vez el tío Antonio al verme chutar una pelota en una costillada: «Joer niño, no me extraña que el Júpiter no suba ni a la de tres».

Sí,  el Júpiter es el equipo del barrio, y no, no sube ni a la de tres.

Y a mí lo que me hace sentir mal no es que no le guste el fútbol, sino  la sensación de no haber chutado muchos balones con él.

Estoy unos días dándole vueltas en  casa, sintiéndome mal. Lo hablo con Vanessa y con mis cuñados, y me hacen  entender que cada niño es un mundo, con sus gustos, caracteres y aficiones, que estoy chalado perdido y que haga el favor de mirar las ruedas pequeñas de atrás de la bici del niño. Me convencen a medias, aunque reconozco que casi me emociono  y lloro cuando después de esa charla, casualmente Martí al ver  los colores rojo y azul no sé donde, me suelta: “Mira papá, azul y rojo como el Barça”.

Pero entonces llego a casa y miro la bici de Martí detenidamente…las ruedas pequeñas? Pues están destrozadas. ¿de qué? Pues de bajar en bici, que es lo que realmente le gusta a Martí.

A mi hijo Martí le gusta “Phineas y Ferb”, «Bob, esponja», pintar en cualquier libreta de papa, subir, trepar, hacer pócimas con su padre en la bañera (o sea, mal gastar en un cubo cientos de champús, jabones, cremas y espumas de afeitar, pero como mola!), jugar al Lego (al de las piezas, y al del ordenador), correr con una especie de sillín con ruedas por toda la casa que hace que me saque de los nervios, hacer picnics virtuales y reales, pintar y pintar y pintar, ir a la piscina, jugar a «las parejas», ver el «Dinàmiks» (que es un programa de pócimas reales y sin jabones) y  por supuesto ir en bici. Ah y si me olvidaba, también le encanta ponerse de portero como a su padre, eso sí, siempre que esté su amigo Dani al lado.

2014-01-12 12.32.31

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4 comentarios en “EL DÍA QUE EN LA PORTERÍA HUBIERON DOS PORTEROS…”

  1. Cada niño un mundo y Martí no podía ser de otra manera!!! jejejejeje. Me encanta cuando te pones en plan catastrófico diciendo que eres el peor padre del mundo. jajajajajaja.
    Me encantaba hacer pócimas en la bañera!!! siempre que podía me inventaba una nueva, mi madre se subía por las paredes!!! jajajajaja.
    BESOTES

  2. Pues eso, que como no todos los niños son iguales ¿qué más da que no juegues al fútbol con tu hijo si haces otro montón de cosas con él que también le encantan? A veces el tiempo no nos da para más: queremos estar presentes en casa segundo de sus vidas pero tenemos otras obligaciones que nos hacen perdernos algunos de estos momentos. Por desgracia ¡no podemos abarcarlo todo!

  3. Acabo de leer la reseña de El País y cuando he llegado a casa no he podido sino ir corriendo a ver tu blog. ¿Por qué no lo he conocido antes? Soy padre Vader de dos niñas de 6 y 3. Gracias por tu blog que esperó seguir leyendo a partir de ahora.

  4. Jugar al aire libre es muy beneficioso para nuestros pequeños, ya que aprenden a coordinarse, estimulan sus sentidos, aumentan su agilidad y capacidad para controlar su cuerpo. Comprarle juguetes que le animen a jugar en el exterior es muy positivo para su formación físicas e intelectual.

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