Eres el último mono para él. Bueno, almenos siempre has tenido esa estúpida sensación. Eres el papá que tiene menos paciencia, el que se sabe la teoría de memoria pero a la hora de ejercer la práctica más bien es un puro ejercicio de supervivencia. Juegas con él, pero no tanto como él querría, ya que unas veces la atención hacia su hermano pequeño y otras que no estás por lo que has de estar, hacen que el pequeño Martí no pueda jugar todo lo que él querría.
Bajas a regañadientes al parque con él, porqué sabes que el solo simple hecho que tenga una pequeña disputa con algún niño en el parque, te va a a poner de los nervios y te va acelerar el TOC a límites demenciales. Cuando estás con otros amiguitos suyos, le haces un marcaje especial por miedo a que se pelean por algún juguete (como cuando Puyol o Piqué tienen que encargarse de Cristiano en el Camp Nou), cuando sabes que lo raro sería lo contrario, y que no se pelearan por cualquier cosa, ya sean juguetes, colores, meriendas o servilletas.
Eres el de las «licencias», el permisivo, el que piensa que si se toma un cacaolat a las 18.00 de la tarde, o se come una nube de «chuche» cuando el sol se despide del día no hay para tanto. Eso si, cuando está como una moto y empieza a hacer el cabra saltando en el sofá te falta tiempo para ponerle esa cara de ogro, trol o bicho feo y mal oliente típico y existente en cualquier cuento donde haya una montaña embrujada, oscuro castillo o bosque encantado.
No soportas que le haga la «puñeta» a su hermano de nueve meses, porque tienes la creencia que tiene que cuidarlo. Por Dios, si tu hijo mayor solo tiene 3 años? Sabes que lo hace porqué tiene unos celos del tamaño del Planeta Vulcano, sabes que es tan solo un «jealous guy» como aquella preciosa canción de Jhon Lennon, como lo fuiste tú con tu hermana Irene, o sino que se lo pregunten a ella pobre. Pero él no sabe que son celos, los siente, y los gestiona no muy bien, llamando la atención, y tú en vez de entenderlo y gestionarlo bien, porqué no olvidemos que TU, eres el adulto, te enfadas, si, y posiblemente demasiado, y entonces lo gestiones mal, para que engañarnos.
Hay veces en los que te gustaría que todo ese tiempo que estas pasando con el pequeño Mario, lo hubieses pasado con el Martí de chiquitito. Porque tiene la estúpida sensación (y ya van varias estúpidas sensaciones) que si hubieses estado cuidando de él como ahora lo haces con el Mario (por aquel entonces trabajabas de administrativo), quizás tu relación con Martí seria mejor. Y entonces tu mujer te recuerda que ahora es ella la que por desgracia, no puede disfrutar del pequeño Mario y entonces casi que mejor que dejes de pensar chorradas, no? Y de paso llegáis a la conclusión como millones de veces habéis llegado que esto de la conciliación familiar/laboral es más bien un cuento chino y de los malos.
Hay noches que no te vas a dormir con él, porqué tienes que hacer «feina», o lo que es lo mismo, actualizar el blog, fregar los platos, recoger un poquito la casa y leer un poco. Así que le cuentas a oscuras el cuento de «Los 3 cerditos» con esa versión tan tuya en la que aparecen bocadillos de Nocilla, sopa de letras, el «Scrabble» y nombres delirantes como «Sich», «Hich» y «Rich» y en la que la casa del tercer cerdito parece más bien la mansión de cualquier millonario, y entonces lo dejas en la cama junto a mamá y su hermano pequeño.
Siempre que puedes, prefieres que lo vaya a buscar al colegio su madre, porqué así aprovechas para escribir, ya sea los blogs, tu guión de terror o cualquier otra cosa. Y ya sea todo dicho, te ahorras el camino de vuelta a casa, ya que si el niño no ha dormido la siesta, el retorno puede ser una autentica odisea, y sabes perfectamente que mamá…tiene mucha más paciencia que tú.
Y entonces sabes que el propósito para este 2014 es precisamente ese, tener más paciencia, y sobretodo, estar más por él, porqué lo necesita…y punto. Y que si, que ser un papá Vader es muy humano y que lo haces lo mejor que puedes, pero tú sabes (y lo sabes muy pero que muy bien) que lo puedes hacer aun mucho mejor.
Y entonces los Reyes Magos de Oriente le traen dos preciosos peces a Martí, y tú te crees que a la hora de escoger los nombres les pondrá «Linterna Verde» y «Calamardo» o «Phienas y Ferb» o «Doraemon» y «Peppa Pig» por ejemplo…pues bien, les pone «Papa» y Niño»…y se queda tan ancho y luego nos explica: «Es que la mamá está trabajando». Y entonces la mamá se pone un poco triste aunque muy contenta por papá. (Lo dicho, la conciliación familiar/laboral más que un cuento chino y de los malos, es una puta mierda, y perdón por la expresión).
Entonces a su padre se le caen los huevos al suelo y se da cuenta que a veces si pensará más en mundos imaginarios, tramas, subtramas, puntos de giro, tonos, personajes, cuentos, historias, en vez de tener la estúpida sensación (una más para el carro) de que su hijo Martí le tiene poco apego, posiblemente tendría varios libros y guiones escritos…por ejemplo.
Luego nos pensamos que los niños tienen que aprender siempre de nosotros…si claro. Me da que en muchas ocasiones… es lo contrario.
qué bonito detalle el de los nombres…
ser un buen padre también significa ensenynarles que no estamos a su disposiciôn las 24h el dîa, porque les estamos ensenyando a no defraudarse cuando salga de casa y vea que su profe no puede dedicarle atenciôn solo a él o que sus amigos juegan tambiên con otros, etc.
en casi todas las ocasiones somos las personas adultas quienes tendríamos que aprender de las que no lo son.
Me has emocionado hoy 🙂 Gracias. Y me he sentido muyyyyyy reflejado con lo que cuentas.
Sobre todo me ha encantado el propósito 2014: » estar más por él, porqué lo necesita…y punto.»
sobran las razones!
Gracias de nuevo.
Completamente de acuerdo con tus desalentadoras palabras acerca de la conciliación: los momentos de la infancia que no se pierde uno de los padres se los acaba perdiendo el otro, cuando no los dos a la vez, porque tal y como están las cosas en este país, para que el niño pueda comer tenemos que despedirnos de él durante casi todas las horas de la semana. ¡Ay que triste! Y eso que yo aún estoy de baja por maternidad y mira los pensamientos que me ronda… ¡Cuando me reincorpore al trabajo creo que me voy a hundir en una depresión!
He descubierto hace poco tu blog y me ha encantado. Soy mami de un bebé de 3 meses y me emocionan mucho tus posts, y no te preocupes que si Martí ha tenido ese detallazo contigo sin saberlo, es porque estás siendo un papá 10. Como nos sorprenden cada día los renacuajos estos. Ahhhh y no dejes de escribir!
No tengo la menor duda de que si los adultos nos bajáramos más a la estatura de los niños, les miráramos más a los ojos, y nos dejáramos enseñar más por ellos, el mundo sería un lugar mucho más feliz!! Un abrazote, y disfrutad mucho de los peques… y de los peces!!
Buenas
Hace tiempo que te sigo y me encanta leer tu siempre curioso punto de vista sobre la paternidad!!!
Tengo una beba de 23 meses y es de Alta Demanda… un no parar!
El caso es que, ante las dificultades diarias y la incomprensión del mundo… hemos formado un pequeño, muy pequeño grupo en Facebook, sólo, única y exclusivamente, para Papás (hombres). En concreto, de nenes de A D, pero cualquier Papá es bien recibido!
Pues bien, el administrador es mi marido y cómo no, es un placer invitarte, desde la admiración!
El enlace es
https://m.facebook.com/groups/1430087000560027?ref=bookmark&__user=1667365657
A ver…
Me pregunto qué pensarán nuestr@s peques cuando sean mayores y lean nuestros blogs (si lo hacen…). Eres un papá fenomenal y Martí te lo ha recordado con los nombres. Por cierto, totalmente de acuerdo con los adjetivos otorgados a la conciliación!
Un abrazo!
yo hace unos dias hablaba de ogros precisamente…y en mi casa dicen que peco de favoritismo hacia la pequeña…y tengo el propósito de esconder al ogro en 2014, pero a veces no se puede hacer todo, a veces uno se olvida sin querer que 3 años son 3 años, que son «bebes» aun! Pero siempre nos enseñan algo…y marti te ha enseñado que estás ahí, y que eres «la ostia» para el! 🙂