Crianza, Martí y Mario

INPUTS

Me levanto como si tuviese resaca…no, no la tengo, qué más quisiera. Entonces mi mujer le canta el «bon dia» de Damaris Gelabert al Martí, y yo la quiero matar. Ella siempre tan fresca como una lechuga y yo aun más cerca del mundo de sueños delirantes o erótico-festivos que de la realidad . Entonces todos son prisas, desayunos, mochilas, algún que otro grito, el Martí juega  a su juego favorito de «Te voy a sacar de quicio de buena mañana» y te pide cereales, para luego marearte y pedirte un bocadillo de nocilla, para luego pedirte galletas, y no se quiere vestir, y te enreda, te cambia de tema cada 5 segundos y entonces miras a todos los lados de la casa  buscando donde demonios está la cámara oculta. Nos pasamos media hora para vestir al Martí y otra media para vestir al Mario. El Martí pide dibujos y yo tengo la tentación de ponerlos para calmar el ambiente, pero mi mujer ya me está mirando con esa mirada que me da más miedo que las dos niñas de “El resplandor”.  Vanessa lleva a Martí al cole y yo me quedo con el Mario: «he de actualizar el blog!» me digo a mi mismo.  Mi mujer y mi vástago grande salen por la puerta, entonces Martí pica al timbre (es uno de esos ritos que le encanta hacer antes de irse): «Papá cuida del tren y del boli de la tia Maite…donde está el boli?». Me dice con cara de apuros.

Sí, es posiblemente el momento más temido de la mañana, mi tía Maite le regaló al crío un precioso tren de Navidad y un boli del Spiderman, pues bien, este último no lo encontramos por ninguna parte.

Por suerte, lo entretengo con otra cosa y el niño se va medio convencido y feliz con su cantimplora azul llena de agua. Cierro la puerta por segunda vez, y el pequeño Mario ya me mira en plan: «oh no, se han ido!». Y a partir de ese momento…ya casi no puedo hacer nada. Ni afeitarme, ni ducharme, ni hacer mis necesidades, ni vestirme, ni comerme una galleta Oreo sin que el pequeño llore reclamando mi atención: «Eres su figura de apego, disfruta de ello!», me dice mi mujer cada día sonriendo cuando yo se lo explico desesperado, «figura de apego»? pero no quedamos en que era su «solo» su padre?»

Como soy «papa Vader» y el “licencias” número uno de la ciudad condal, le doy una galleta «tosta rica» (eso casi nunca falla) a Mario y  mientras, hago un cafetera italiana con un sentimiento agridulce, por un lado agrio por haberse estropeado mi supercafetera expreso que hacia el café como los ángeles y que creo que tiene un botón que te dice la previsión del tiempo para el fin de semana (todo y que aun no lo he logrado encontrar) y también porqué la cafetera de cápsulas Nespresso se ha estropeo, y sentimiento dulce porqué invado la casa a olor a café con esa cafetera de la época de «Can Jorba»  y hay pocas cosas que adore tanto en esta vida, que el olor a café.

Me hago un café con leche en mi taza de «R2-D2» tamaño «gigante verde» (si, el del maíz), el Mario me mira en plan: «no te voy a dejar desayunar tranquilo papá perezoso, cógeme y dame mimitos!». Y así es…se pone a llorar. Intuyo que tiene sueño, así que me lo pongo en la mochila y le canto grandes clásicos: «pinocho fue a pescar», «la lluna i la pruna» y un par de temas de la banda sonora de «Pesadilla antes de Navidad» (que queréis soy un padre friky»). Al cabo de unos 10 minutos se duerme, y entonces miro mi taza, le doy un sorbo como si se me escapara un tren directo a Poitiers  (por ejemplo) y me pongo en el ordenador para actualizar el blog, o mejor dicho…los blogs, el del «Criatures» y el original en castellano: «Buff, se me acaban los temas…», pienso angustiado mientras recurro a mi libreta Moleskine (mi biblia personal) donde tengo una lista de ideas apuntadas que le surgen a un servidor en cualquier momento del día, (junto a las visitas de la doctora de cabecera que anulo siempre a última hora) y entonces se presenta la temida, angustioso y terrible… hoja en blanco.

Los que escribís sabréis de que hablo.Así que me dan ganas de no escribir absolutamente  nada y me planteo por decimoquinta vez esta semana de si vale la pena todo lo que hago, si le interesa a alguien, si debería escribir sobre cualquier otra cosa, no sé, de “el apasionante mercado de los palitos de cangrejo”, “la vida del ex-futbolista «Bolo» Zenden” o de si Paul McCartney realmente murió hace más de 40 años y el de ahora es un doble como dicen delirantes teorías en vídeos del Youtube que  todo sea dicho, me quitan el sueño. O ya puestos pasar de escribir, estar unos meses en blanco, refrescando las pocas neuronas que tengo, unas vacaciones a mis 2 dedos con los que escribo (Sí, por algo los cabrones del Registro me pusieron el mote «two fingers»).Pero me digo a mi mismo que no, tomo otro sorbo de café y me pongo a escribir este post titulado «inputs». Sí, hace años que conozco la palabra y su significado, pero hasta que no lo leí en aquel bonito e-mail de Dj Niño del grupo de música «The Pinker Tones» en el que me hablaba de su importancia, no había reparado mucho en ella.

Entonces abro el correo, el facebook, bajo  a hacer otro café con el Mario lleno de cobertores y jerséis  rollo «niño cebolla», y no sé porqué, pero mire donde mire, hable con quien hable…todo son inputs: “ Yo también leo tu blog”, “no dejes de escribir”, “que bueno aquel post que hablabas del Mic”, “ que fuerte eso de que el Martí ve fantasmas»…

No os lo voy a negar, no solo me encanta que la gente me anime a seguir explicándoles mis aventuras, sino que además le da sentido a todo. No, no escribo para tener 100.000 visitas al día, pero que la gente te diga de vez en cuando que se lee tus frikadas en forma de post y que además no lo haces del todo mal, pues oiga a uno le anima.

Entonces cuando llega mi mujer a la hora de comer y y he sobrevivido a mi hijo Mario, a la cocina (con más pena que gloria) y al blog, mi hijo  al ver a su madre empieza a  gatear hacia ella llorando y  como si se hubiese pasado toda la mañana con el malvado «Ming, el cruel», y entonces  le digo que estoy muy contento porque esa misma mañana he tenido muchos inputs en forma de palabras bonitas, y  mientras Vanessa abraza a Mario y le besa con ese cariño que me deslumbra, deja las bolsas, me pone cara de «tengo un hambre que me muero» y  responde a mis palabras: «es que escribes muy bien».

Llevo más de 70 posts entre los dos blogs y no he recibido ni una palabra negativa o mal sonante de ella, todos y cada uno de esos posts…le han gustado.

Eso es que me quiere mucho, siempre lo he pensado, y así se lo he hecho saber más de una vez y de dos, y entonces ella se enfada y me dice que el día que no le guste un post…me lo dirá y punto.

Sea que me quiere mucho o sea que realmente piensa que lo hago bien…es mi mayor input y yo que se lo agradezco, al igual que a todos vosotros.

Así que benditos bloggers, benditos amigos, bendita familia, bendita Vanessa y bendito Dj Niño…ahh, y por supuesto….benditos inputs.

El bufón agotado

 

Ilustración by Ibie Romero

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15 comentarios en “INPUTS”

  1. Y como siempre un gran post. Porqué decir lo contrario si es la verdad??? La página en blanco me aterra y por eso empiezo poniendo ideas. Esas ideas se convierte en frases y luego en una pequeña historia.
    Tenemos que ser fuertes!!!! Tienes una familia maravillosa, siempre lo digo y es que es la verdad. Aunque hace mil años que no os veo, siempre lo he pensado.
    Espero que dentro de 7 meses, la mía sea tan dichosa, con la llegada de nuestro primer retoño. 😀 😀 😀 😀
    Ya le he dicho a mi marido que vaya leyendo tus posts, pues creo que le van a ir muy, pero que muy bien.

    MUAS!

    1. ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!! que me dices?? pero que bien!!! muchas, muchas, muchas felicidades!! jolin que ilusión!!! Vuestra familia será genial, porqué sois geniales!!!
      Un besazo a los dos y una vez más MUCHAS FELICIDADES!!!!

  2. No dejes de escribir! Yo no te quiero ;), ni siquiera te conozco más allá de este blog, pero….sí, me gusta mucho cómo escribes, y me identifico tanto con tus historias…! Siempre consigues sacarme una sonrisa. Así que, si de algo te sirve, aquí está mi input ;).

  3. Y pobre de ti que dejes de escribir!! Porque aún desaparecida de mi tan añorado blog, siempre que puedo te leo, aunque en estos tiempos sea muy poquito! Yo también temo la página en blanco, aunque ahora tengo tantas palabras en mi cabeza que cuando por fin me pueda poner a escribir me pasará todo lo contrario y no sabré por donde empezar…
    Un abrazo y sigue así que lo haces la mar de bien!!

  4. Anda que no te entiendo… Es difícil sacar tiempo para actualizar casi cada día un blog o una web, y a pesar de todos los bajones que te puedan dar, recuerda que cuando uno hace lo que más le gusta todo lo demás no importa.

    No importa que no tengas 100.000 visitas al día, no importa que tengas que ir con prisas y buscar ese tiempo que no tienes, y no importa que haya días que quieras enviar todo a la mierda.

    Lo que realmente importa es estar orgulloso de uno mismo y ver como lo que más te gusta se hace realidad. Y claro, si encima le gusta a la gente mejor que mejor!

    Así que adelante. Te lo digo una vez más: ESCRIBES MUUUUY BIEN!

  5. Ay Carlos… (que uso tu nombre serio y todo!), y si te digo que para mí este blog, leerte, es más que ver «qué bien escribes»…? Que es la ventana amable, en la que me puedo relajar porque aunque cuentes cosas duras, siempre consigues hacerlo con corazón y una sonrisa… y sacarme a mí, ya lo sabes, lágrimas y risas al mismo tiempo…? Y si te digo que le he recomendado este blog a tantos buenos amigos que parece que cobro comisión o algo así…?
    …Y si te digo, siendo quizás duramente honesta conmigo misma… Que te leo y me transmites tanto porque… te admiro y admiro tu valentía de dedicarte a escribir, a creer en ti y en tu arte; a enfrentarte a ese papel en blanco… Es que lo más difícil no es el papel en blanco, es eso de lo que hablabas en otro post (que me tocaba tanto que no me animé ni a comentar…), el resto del mundo en blanco: Todas esas veces que te dicen, sí, es muy bueno, pero…
    Y es que aquí donde me lees, sí, escribo desde que aprendí a juntar dos letras… Y nunca, nunca, me he atrevido a hacer lo que tú haces.
    Y sí, los que me han leído me dicen que es bueno lo que escribo… Pero nunca, nunca, he tenido la valentía que tú sí tienes. De entregarte, de mostrar eso tan íntimo que son tus creaciones, de compartirlo con tod@s nosotr@s y lo que es más importante… De no rendirte, no con los «sí, pero…»; ni con las aventuras de la paternidad, ni con los miedos del paro y el más grande, de si merece la pena…

    Pues sí, Carlos, sí merece la pena; no sé si en números salen o no las cuentas, pero en lo que entregas al mundo, ten claro que sales más que ganando.
    Ojú, ¡qué seria me he puesto!!
    Es que me toca, me toca. 🙂
    Bravo por tu valentía, bravo por lo que transmites, bravo por continuar y hacerme sentir que se puede… Por si algún día de éstos, yo reúno coraje también y me lanzo a ser tan valiente como tú!!!

    Un abrazo, Papa Vader!!!!

    (Ah: El boli de spiderman estará en esa otra dimensión que existe en todo hogar con infantes. Existe, de verdad, comprobadísimo. Se lo dices al Martí de mi parte, que estará de juerga con el osito de peluche de mi Ari, que se cayó un día de la bici y jamás reapareció…!)

  6. hoy el prota es mâs mario que martî 😉
    escribes genial, no te desanimes!
    a nosotros se nos perdiô el playmobil bombero y como era su preferido finalmente le dijimos que habîa ido a la tienda y que tendrîamos que ir a buscarlo allî… y sî, ahora hay dos bomberos en casa, apareciô el perdido pero estâ escondido por si 2°bombero se pierde.

  7. jajajaja amé el momento «no encuentro el boli pero mira que genial es la cantimplora azul» Sigue con tus historietas cada vez que te leo rio tanto que me quedo con la intriga de que publicarás en el siguiente post.

  8. No puedo añadir más de lo que te han dicho, Carlos. Gracias por escribir. Gracias por dejar constancia de lo duro que es a veces ser «figura de apego». Simplemente gracias por ser tú. ¡Y que sigas siéndolo mucho tiempo! Un abrazo enorme!!

  9. Pues una que acaba de llegar (desde «Cada día es domingo») y me voy a quedar por aquí…..Lo que he leído me ha encantado. Mi hijo (14 meses) se llama Martín, mi sobrino/un poco mi hijo….(Mario. 4 años) porque hay que reírse un poco de esta maravillosa experiencia de ser padres……Te sigo.

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