Crianza, Martí y Mario

«LA MAMÁ HIPPIE»

«La mamá hippie» vive en el barrio de Gràcia de Barcelona y es un sol. Tiene una sonrisa que te ilumina el día y dos hijos preciosos de edades parecidas a las de los míos. Digo que es hippie por el estilo, «el tarannà» que diríamos aquí y por su manera de ver el mundo, muy parecida a la mía. La conocí en el autobús de casualidad, y empezamos a hablar de lactancia (buff, realmente la paternidad me ha cambiado la vida) y fuimos empalmando un tema con otro, como si nos conociéramos de toda la vida, o mejor dicho, como si lo que quisiéramos para  nuestros hijos y la manera de llevarlo a cabo…fuese la misma. En el trayecto que coincidimos en el bus, hablamos mucho,  ya me parecía a mi mujer Vanessa, que no se puede ir a ningún lado con ella sin que se encuentre a alguien y se ponga a cascar media hora como mínimo de los chiquillos y de la vida, y tu allí mirando el paisaje…pero mira tú por donde, ahora era yo el que cascaba. Pero es que «la mamá hippie» mola un montón, y estaba tan a gusto hablando con ella, que me hubiese quedado horas y horas hablando de paternidad, y  que conste que aunque parezca que los papás sólo hablamos de lo mismo (o sea, de nuestros chiquillos), yo soy el primero que a la que puedo, hablo de  escotes, cine, chicas, música, sexo, fútbol y…ups, ya no me salen más temas…bueno y de más cosas digo yo.

Hablando con «la mamá hippie» salió el tema del trabajo…y claro la cara me cambió. Siempre que sale dicho tema, me pongo tenso e incómodo y digo el mismo discurso de carrerilla, o sea, que desde hace unos meses estoy en el paro, que no me han llamado de ningún lado y que aprovecho todo este tiempo para hacer lo que realmente me gusta y me hace feliz: Estar con mis niños y escribir. Entonces «la mamá hippie» me sonrió alegremente y con una satisfacción aplastante me dijo: «Estar con tus hijos…eso no tiene precio, es lo mejor del mundo».

Mi rostro cambió por completo, sonreí de oreja a oreja y quise adoptar a «la mamá hippie» para siempre más. Llevarla con nosotros al Tibidabo, al cine, de picnic, o ya que continuamos con el «colecho» en casa, pues que duerma en la habitación del Martí (así alguien aprovecha la cama), seríamos todos tan felices. Pensé en ofrecerle que se viniese a vivir a casa, ya puestos con su marido y sus hijos, que cuanto más seamos, más nos reiremos, o al menos eso dicen, vivir rollo comuna hippie, disfrutando de los niños. Pero entonces pensé que «la mamá hippie» pensaría que estoy de frenopático, llamaría a su marido, que quizás no sería tan hippie como ella, y montaríamos un show en el barrio de Gràcia. Así que pensé  que lo mejor era no decirle nada y en la lista de reyes pedirnos a «la mamá hippie» y si nos cae junto a la «Play Station 4», pues todos felices!

Y es que os soy sincero, aquellas palabras de «la mamá hippie» me entusiasmaron, me hicieron volar. Era la primera persona en mucho tiempo que no se compadecía de mi por no tener un trabajo de 40 horas y bien remunerado cada final de mes. Era la primera persona en mucho tiempo que no me decía esas frases que detesto y que me dice todo el mundo de » es que todo esta muy mal», «esta crisis», «es muy mala época»… bla, bla, bla, bla. Y era la primera persona en mucho tiempo que me dijo algo realmente bonito de una situación en la que no todo es tan gris como muchos piensan o pensamos, ni mucho menos…

«La mamá hippie» se despidió amablemente bajando del autobús, y entonces por el camino pensé en un trabajo, pero sobretodo pensé en Martí y en Mario. Pensé en que cuando tenga que dejar de mirar el móvil o por internet cada 5 minutos para ver si he conseguido algún trabajo (porque claro, ya lo tendré)…veré mucho menos a mis hijos. Y si, estaré muy contento y si es un trabajo que me gusta, ni te cuento, pero echaré de menos esos desayunos con el Mario en casa, él con su tortita de arroz y yo con mi café con leche «king size» mirándonos y riéndonos. También echaré de menos esos paseos por el barrio, esos 104 millones de métodos diferentes para que se duerma y que al final todos funcionan (los hermanos son así de diferentes, el Martí se dormía solo con la teta de su madre, el Mario de todas las maneras). Echaré de menos esas tardes con el Martí repletas de helados, «chuches», abanderadas con su gran tesoro: La bici azul. Con esa velocidad, atropellando a viejecitas y acelerando el corazón de un servidor hasta limites casi hospitalarios. Echaré de menos esas sesiones maratonianas de dibujos, aprovechando que la mama trabaja (je,je)  y viendo «Linterna verde», «Tree Fu Tom», o viendo la peli «Chicken Little» por decimoquinta vez, mientras el Martí me avisa de los momentos más divertidos. Echaré de menos esos duelos, yo haciendo de capitán Garfio y él de  Peter Pan, jugando a la plastilina, o diciéndome cuando llora el Mario: » es que quiere que esté la mama».

También echaré de menos esos momentos caóticos del Mario llorando, el Martí reclamándome, o viceversa, y yo atacado de los nervios sin saber qué hacer y a punto de hacer una buena soga con la primera cuerda que encuentre por casa. Y sobre todo, echaré de menos esos momentos de los 3 muchachos sobreviviendo de la mejor manera posible, porque si, el papa mola mucho, es simpático, es gracioso, y siempre tiene un montón de licencias para nosotros, pero a veces preferiría ser atacado por 4 o 5 zombis (los de la peli “World War Z”, que son más cabrones) en un callejón del barrio, que estar esas tardes con los chicos, porque es un cagado. Pero sabéis una cosa? estas tardes a solas con vosotros…será lo que más eche de menos…Si, seguiremos teniendo un montón de momentos para disfrutar todos juntos, para que me saquéis de quicio, para que diga esa mítica frase mía de: «Esto es un infierno!», para que nos riamos mucho, pero serán unos cuantos menos.

Cada vez que el Martí me pregunta por el trabajo, yo le digo que lo hago en casa en el ordenador, pero que me gustaría encontrar un trabajo nuevo, y entonces él me dice:

«En tu nuevo trabajo habrá chuches, un castillo, colchonetas y un tobogán que entrará a casa por la ventana». Y entonces pienso: «Como mola este trabajo, por Dios quiero ese trabajo! y además lo tengo cerca de casa, y cada vez que quiera ver a mis hijos mientras esté currando… pues me tiro por el tobogán y listos».

Así que cuando Vanessa escuchó esas palabras, me dijo: «Como en Google!!! claro tira el currículum en Google!».

Los que me conocéis, sabéis que la relación que tenemos el ordenador y un servidor, es lo más parecido a la que tienen Kelly Le Brock y Gene Wilder en «La mujer de rojo». Mucho babeo por parte de él, muchas sonrisitas por parte de ella, pero a la hora de la verdad, Gene Wilder tiene que escuchar por la ventana de fuera escondido como la mujer de rojo hace el amor con su marido. Mi ordenador y yo somos así…así que lo de «Google», pues lo veo complicado, sin embargo, no descarto echar el currículum,  porque como diría aquel chico de la Fnac de Diagonal Mar: «Lo único que pierdes es una fotocopia».

Así que  voy a seguir deseando que me suene el móvil, que me llamen de aquella productora, de Google o de la Fnac, y voy a a pasearme por  el barrio de Gràcia buscando a «La mamá hippie» para decirle que he escrito un «post» hablando de ella, pero sobre todo para agradecerle sus preciosas palabras…Y por supuesto:  voy a aprovechar hasta el último segundo mis momentos con los niños, porque como diría la «La mamá hippie»: Estar con tus hijos es lo mejor del mundo» . Además, el armario de la cocina sigue lleno de tortitas de arroz, a la bici azul aún le quedan millones de vueltas a la manzana, ya puestos podemos proponernos hacer el «Record Giness» de veces que vemos la peli «Chicken Little» en una semana…ah,  y sobre todo, nos quedan aun muchas risas…muchísimas.

2013-10-12 12.29.15

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37 comentarios en “«LA MAMÁ HIPPIE»”

  1. Genial!!! Me encanta!!!
    Lo que tenga que venir vendrá…Teniendo lo esencial el resto llega solo… No escuches a los que todo lo valoran con euros…
    El trabajo más importante de tu vida ya lo estás haciendo y no se paga con dinero…
    Besos mil

  2. Totalmente de acuerdo con Rosa y con la mamá Hippie. Muchas veces los trabajos más importantes no se valoran como deberían: El cuidado de los hijos, el cuidado de los mayores, preparar la comida para los tuyos…. Disfruta de este tiempo precioso, disfruta de esos dos soles que tienes por hijos… ¡y suerte con Google!

    1. Muchas gracias Teresa!! la verdad es que estos momentos son preciosos con los niños. Precisamente hoy me han llamado para una entrevista de trabajo que tengo el jueves, y estaba tan contento y emocionado, sin embargo observaba al pequeño Mario y pensaba: «Con lo bien que estás con el papa!». En fin, a ver que como va, ya os contaré. Muchos besos

  3. Pues si…jo he de dir q ara mateix no tinc gens de ganes de treballar i perdrem el que tinc cada dia.. .encara q sigui dur….és maravellós!!!

  4. Estoy totalmente deacuerdo!! tengo tres niños muy seguidos y los primeros años lo único que deseaba era encontrar trabajo para no volverme loca en casa. Así lo hice pase tres años trabajando casi sin ver a mis niños que crecían.. A día de hoy que llevo casi un año sin trabajar opino que lo mejor que me puede ocurrir es cuidar y pasar buenos y malos momentos(que también los hay) con mis tres niños!! Muy bueno Carlos!!

  5. Un bonito post y unas grandes palabras las de la «mamá hippie». Justamente eso es lo que a mi me pone triste cuando hablo con David cuando seamos padres, al estar trabajando y tener el horario que tengo me perderé muchas cosas que no quiero!!!!

    El trabajo más importante del mundo lo estás haciendo. Así que mira hacia adelante y ya sabes…. A palabras necias, oídos sordos.
    BESOTES

    1. Muchas gracias guapa, la verdad es que si, que te paras a pensarlo o lo hablas con tu pareja, y es duro todo el tema de la conciliación laboral. Esta muy mal montado, pero espero que en un futuro la cosa vaya a mejor. Supongo que por eso todos aprovechamos los momentos al máximo 🙂 Muchos besos!!!

  6. Me has emocionado!!

    y, francamente, no se si desearte que encuentres un curro nuevo o no. 😛

    que haya guita si, para que nada falte… pero… que no pierdas lo que tienes entre manos.

    Abrazos desde el sur Carlos!!

  7. ¡Completamente de acuerdo con las palabras de la mamá hippie! A mí me quedan unos días para estrenarme como mamá primeriza (bueno, o quizás unas horas, que ya estoy en la semana 39 y como dicen que nunca se sabe…) pero seguro que ningún trabajo ni ningún dinero va a compensar estos momentos que ahora puedes disfrutar con tus hijos. En estando todos tranquilos y teniendo lo justito para vivir ¡bienvenida sea la crisis!

  8. Me ha encantao! Yo estoy con jornada reducida, para poder dedicarles todas las mañana a mis mellizos, y la verdad es que se nota. Sobre todo en que desde entonces soy mucho más feliz. Pero mucho. Y en que cada vez soporto menos el trabajo.
    Así que no sé si te lo puedes permitir, pero mientras así sea, sigue disfrutando del mejor trabajo/empleo/ocupación del mundo: tus peques 😉

    Saludos

    1. Muchas gracias!! Tienes razón, yo también cada día soy más feliz. Llevo 7 meses con el pequeño y cada día que pasa sé que mi reencuentro con el trabajo será duro…mientras tanto, a seguir disfrutando hasta que se pueda…un fuerte abrazo!

  9. yo no soy hippie pero te daria el mismo consejo. Soy mama de dos nenes preciosos y bastante seguiditos el uno con el otro. Mi prioridad antes de tenerles ya era de cuidarles y darles todo mi tiempo. Para que trabajar y que te los cuiden otros? Para mi no tenia sentido. Les he y les sigo dedicando mucho tiempo. He encontrado, despues de mas de dos anyos de estar con ellos, un trabajo a media jornada. Precisamente porque no quiero perderme su crecimiento, esos momentos que tu explicas muy bien, sin prisas por las manyanas, sin stress. Y se aprende a vivir con menos y con lo mejor que es mi pequenya gran familia. Espero que encuentres un trabajo semi ideal que te permita encontrar, como yo, ese equilibrio entre tu vida fuera y dentro de casa. Salut!

    1. Muchas gracias Olga!! pues si, lo mejor sería eso, un horario de media jornada para poder disfrutar de los peques, sería genial!! Porqué que ilusión poder criar a los peques durante mucho mucho tiempo… 🙂 abrazos!

  10. pero quê bien escribes!!! me ha encantado tu entrada…
    nosotros hemos elegido no trabajar y estamos sûper contentos de poder vivir cada minuto de descubrimientos con nuestra hija.
    pero espero que encuentres ese trabajo que tanto deseas, y que ademâs tenga un tobogân directo a casa 😉

    1. Muchas gracias por las palabras, de verdad!! bueno, en eso de escribir bien…discrepo un poco, je,je 🙂
      Si, que grande sería tener un tobogán directo a casa, jajajajaja!
      Y que grande que podáis disfrutar de vuestra hija!! que bieeen! abrazos

  11. Pues fíjate que yo también debo ser un poco Hippie, porque pienso que hay que vivir el momento intentando aprovechar lo mejor que te ofrece la vida en lugar de centrarse en lo negativo. Y los hijos son muy positivos, pesaditos a veces, pero muy positivos. Verles sonreír y compartir tiempo con ellos es fascinante.

  12. A mi me paso como a ti…me quede sin trabajo y me tuve que quedar en casa con los chicos… ¡¡qué suerte!!… luego volvió el trabajo pero la vida, generosa, me permitió dejarlo y quedarme con mis hijos. Ahora son grandes y viven sus vidas, yo vivo la mía y nos juntamos para contárnoslas 😉

  13. Wooow me ha llegado a la patata tu relato de la mamá hippie!! Tu próximo lugar de trabajo es maravilloso, a mi también me encantaría poder tener un tobogán y tirarme cuando quiera para dar un abrazo y jugar con mi piratilla. Recuerda que ahora mismo es la mejor de las empresas en la que estás trabajando, tus hijos. Nadie te quitará estos momentos de alegría, gozo, satisfacción, frustración, berrinches y muchos más sentimientos que experimentamos diariamente. Recuerda que cuando no estés ahí, extrañarás jugar a Peter Pan y Capitán Garfio.
    Disfruta de tu gran empresa!!!
    Saludos.

    1. Muchas gracias Newlymami…cuanta razón tienes…voy a extrañar tanto estos duelos siendo el Capitán Garfio. Pero intentaré aprovechar al máximo lo que me quede!! me encanta mi gran empresa!! 😉

  14. Ea! Ya me has hecho llorar otra vez!! Si es que no tiene remedio, los días de oficina (que es cuando puedo abrir el correo, organizarlo todo más o menos, y luego, leerte…), no tiene sentido llevar rímel!!!

    Te cuento una cosa: Este septiembre, de sopetón y sin haberlo buscado (después de haberlo buscado durante meses el año anterior, haber desistido y haber aceptado que no había por ninguna parte), apareció un trabajo de la nada, estupendo y justo «de lo mío»; y ahora trabajo cuatro tardes y una mañana… Oh, sí, qué maravilla, soy una mujer trabajadora, de nuevo realizada profesionalmente, llevo hasta tacones y bolso pequeño!!! (chicas: Bolso Pequeño!! Es que, Papá Vader, esto es importante, sería como decirte que te basta con salir de casa con las llaves en el bolsillo y punto… en versión femenina, supongo)…
    Me pongo hasta rímel (las mañanas de oficina, se desperdicia, pero igual…), y tengo otras preocupaciones y satisfacciones que no tienen que ver con esa personita que llegó a cambiarme la vida…

    Pero oye… ¿qué hago yo con esa cosita que se me queda en el pecho, cada tarde cuando dejo a Ari con los abuelos…? ¿cuando la veo jugar a los ponis y dejar a la mamá poni encima del sofá, y consolar al bebé poni en brazos diciéndole, «no te preocupes, bebé, mamá está en el trabajo, pero viene dentro de un ratito…»?

    No, Papá Vader, no te confundas; No es que estar con tus hijos sea lo más maravilloso del mundo: Es que lo demás es una mierda.
    ¡Se pongan como se pongan!!!!…

    Siempre lo he pensado, ahora además lo entiendo: Qué afortunada he sido de que el trabajo no me haya encontrado durante los primeros dos años y medio de vida de mi hija! Ese tesoro, y ese regalo de mi pareja, que ha sido el que ha estado sosteniendo desde el otro lado, no tiene precio… ni por todos los bolsos pequeños del mundo!!!

    Abrazos con mucho amor desde el sur…!

    Ana

  15. Papá Vader! Yo soy la mama hippie! No me hubiera autodefinido así, pero lo acepto 🙂
    Hoy, no te lo podrás creer, me encontré hablando de pedagogía por teléfono con tu mujer… y al cabo de unos minutos, comprando mi segunda Manduca en su tienda (la primera está autodestruida), y mira por donde, hemos llegado a la conclusión de que yo soy la mama hippie! Y me dijo: mi compañero ha escrito sobre ti… que fuerte!
    Recuerdo aquel viaje en bus, aunque nunca imaginé que mis palabras hubieran podido calar. En todo caso me alegro que así haya sido.
    Lo de la comuna y el colecho: bueno… a ver las condiciones :;)
    Decirte que este post es un regalo para mi, gracias.
    POr cierto: suerte con la plaza del cole.

    1. Ohhhh, pero que honor por Dios!!!! La mama hippie de verdad, la auténtica!!! Solo decirte que que el regalo fueron tus comentarios de ese día en el bus, el regalo fuiste tu. No solo me inspiraste un post sino que me alegraste el día, las semanas y los meses.

      Ni te imaginas lo bien que me fueron tus palabras

      Genial, lo de la comuna hippie!!!! yuhuuuuuuuuuuu!! 😉

      Un abrazo

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