Crianza

«EL PAPÁ NO LLORA!»

2012-08-05 20.23.25

Mi hijo Martí se ha emperrado en que no lloro. Así que siempre que sale el tema, le intento convencer de que su padre es un mortal como cualquier otro, que llora como el que más, que siempre que puede, pues llora…pero el pequeño no me cree, me hace una sonrisa y me dice: «No! El papá no llora!». Me debe ver como una especie de superheroe o superpapá, con el corazón de acero, la fuerza de «Hulk», inteligencia suprema e indestructible ante cualquier villano que provenga del infierno o del más allá… Nada más alejado de la realidad!

Hijo, déjame que te diga algo ahora que aún no sabes leer y que por lo tanto, tardarás en pasarte por este blog : tu padre no sólo llora como cualquier ser humano, sino que además lo suele hacer a menudo  y en las situaciones más inverosímiles. No sólo es algo que a uno le va bien para soltarlo todo y desahogarse, sino que además suele ocurrir en momentos en los que nadie (ni él mismo) se lo espera…

Empezaré por todo un clásico de las lloreras de papá:  el final de «E.T». Sí, lloré cuando era un crío y ahora cada vez que veo el final…pues lloro. Y entonces me viene esa pregunta  a la cabeza que me ha estado torturando durante toda la vida…Porqué demonios no se quedó «E.T» con Elliott? Hubieran sido una familia tan unida y feliz, y de paso, le hubiesen evitado el trauma a millones de niños y adultos!!!

Otras ocasiones en los que tu padre suele llorar es cuando ve a un niño llorar. Es algo que puede con él, que no sólo le toca la fibra sino que se la destroza por completo. Y claro, tu padre no tardó en montar el show hace poco tu primer día de clase en P.3 en la temida «adaptación», cuando el pequeño Tobías (compañero de la clase de Martí) empezó a llorar y a  llorar, y entonces papá no pudo evitarlo y se le saltaron las lagrimas, tú ni te diste cuenta, y es que pronto viste el tren del «Ikea» y los maletines de «doctor», y te quedaste la mar de contento allí jugando mientras papá disimulaba como podía, haciendo el «papelón» de su vida ante ti, y de paso mereciendo un Goya, un Oscar y una mención especial en el festival de Cannes  por aquella magnifica interpretación de «papá tranquilo».

Tu padre también lloró en la boda de la Cris y el Jordi, además la llorera le vino de golpe, sin previo aviso, sin el «in crescendo» habitual en sus lloreras…Fue cuando salieron a bailar los radiantes novios, fue justo cuando sonó la canción «Contigo» de Joaquin Sabina. Fue un momento  precioso, para emocionarse, para ser feliz y sobretodo un momento de hacer balance,  un momento de optimismo…de mucho optimismo. Lo recuerdo ahora mismo y aun me emociono…

He llorado en los nacimientos de mi sobrino y de mis dos hijos, he llorado cuando mi cuñada Marta me dijo que estaba embaraza, que emoción, y también claro cuando nació mi sobrina!  He llorado como nunca había llorado mi último día como trabajador en el «Registro Mercanil», y no precisamente de alegría por el pedazo de regalo de cafetera ( una de esas con las que seguro que  viajas en el tiempo y todo!) que me hicieron mis compañeros. Todo lo contrario, lloraba porqué todo aquello era muy injusto, y  suerte que estaba mi amiga Eva para consolarme. He llorado también en entierros claro, he llorado cuando me enteré que el pequeño Leo salía por fin del hospital después de estar un montón de tiempo buscándo medula, encontrándo un donante y esperando en «su camarote» para poder volver a casa. He llorado cuando me llamaron de aquella productora de cine y me dijeron que si escribía una «peli» de bodas, me compraban el guión. He llorado cuando  Djordjevic nos ganó aquella liga de baloncesto  en el palau blaugrana con la camiseta del Madrid, he llorado con la escena final de «Big Fish» a moco tendido, he llorado cuando Abidal alzaba la cuarta «Champions league» del Barça… he llorado tantas veces por alegrías, nostalgia, rabia, felicidad y pena, pero sabes una cosa Martí? Al rato de hacerlo, pues me siento muy bien.

Entonces cuando lloro (sobretodo por cosas que aparentemente no me deberían porqué hacer llorar) me acuerdo de aquel ex-compañero del «registro» llamado Agus, un tío muy simpático, divertido y de esos muy machotes, ya me entendéis. Me acuerdo el día que le confesé que viendo la película  «Up» de Walt Disney me emocioné y lloré mucho con la secuencia del inicio del film, o sea, aquella en la que explican en 3 minutos como el abuelo Carl desde que es un niño conoce a su mujer y todo lo que les ocurre: Esfuerzo, alegrías, penas, superación. Entonces Agus me dijo sonriendo: «Aix, este Carles es una «nenaza». No lo dijo en plan despectivo, o almenos yo no me lo tomé así, es más, me hizo mucha gracia la verdad.

Por eso cada vez que lloro por cualquier cosa, posteriormente sonrío y le digo a quien tengo cerca con una sonrisa de oreja a oreja: «Es que ya lo decía el Agus…soy una nenaza».

Así que Martí tu padre no sólo no es un superpapá, sino que además…es una «nenaza». Así que si un día me ves llorar, no te asustes, no llames al hospital o grites auxilio, ok? No habré perdido los poderes por culpa de alguna pócima maligna o seré víctima de alguna maldición o de la mismísima Kriptonita….

Mientras tanto por mucho que te diga hijo, tu seguirás pensando que a tu padre las balas no le afectan, que tiene poderes cósmicos y que además puede vencer a Godzilla con un insignificante soplido, y sabes una cosa? En el fondo eso…me encanta! 🙂

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18 comentarios en “«EL PAPÁ NO LLORA!»”

  1. Que bonito!!! Los hombres también lloran!! Claro que sí. Expresar lo que sientes de esta manera es totalmente lógica. Mi marido siempre llora con esos tres minutos de UP. Lloró el día que me pidió matrimonio, en nuestras dos bodas (sí, nos casamos dos veces), lloró a moco tendido y se quedó tan a gusto, llora con muchas películas, por rabia, por amor, por felicidad, …. Y eso hace que me enamore más de él. Será una «nenaza», pero estoy orgullosa de que no se sienta mal por expresar lo que siente a través de las lágrimas. Y Martí es lo que verá el día que lea este post.

    BESOTES

    1. Mcuhas gracias Patri! que bonito que tu marido exprese tanto con las lagrimas 🙂 Por otra parte, me tranquiliza saber que no soy el único que llora con la escena de «Up», je,je
      Besitos
      besotes guapa

  2. No creo que nunca olvide la amarga sensación que sentía cuando te vi marchar con la cafetera. Algo me oprimía en la garganta y las palabras querían salir y… no salieron.
    Esa «nenaza» que llevas dentro -y que tiene mucha afición por dejarse ver-, hace de ti una persona realmente tierna y comprometida, aunque ya sabes que los «machotes» que no lloran nunca y que lo arreglan todo a puñetazo limpio (de boquilla??) son muy divertidos!
    Ya sabes lo que dicen los machotes: «Prefiero que llore tu madre, que la mía» 😉

  3. Es bonito que un hombre no tenga miedo de exteriorizar todos esos sentimientos. Y mira que yo para ser mujer soy de un insensible que asusta… ¡vamos que antes de que me hagan llorar a mí haría yo llorar a cualquiera! Pero hay momentos tan emotivos como los que describes en los que el llanto no se puede evitar.

  4. Esa escena de Up, es para estremecerse y llorar sin parar!! Yo también soy bastante llorona, no soy capaz de guardarmelo dentro… No creo que sea malo, pero me asusta un poco cuando nazca el bebé si sabré controlarme un poco más…jejeje. Tendré que entrenar yo también para el oscar 😉

    besos desde China

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