MI «PROFE» ES LA MAGDA!

De pequeños, todos hemos tenido  una «señu», una «profe» que se nos ha colado en nuestra vida para no abandonarnos nunca más. Unos la recuerdan de su etapa de pequeños, otros con la adolescencia o ya con una carrera en camino. No es una profesora cualquiera….es LA PROFESORA. Es la que ya puede llover mucho en tu vida y haber vivido millones de experiencias y conocer millones de personas, que siempre estará en un rinconcito de tu corazón. En mi caso, fue en el parvulario o en primero de E.G.B (no recuerdo muy bien), su nombre? Magda.

Magda era una chica de extrema sonrisa, pelo moreno y corto, recuerdo su dulzura como algo maravillosa, fuera de lo normal. Sí, tuve muchísimas más profesoras, algunas maravillosas y otras no tanto (para que engañaros) en mis años de aprendizaje hasta finalizar mi «F.P» de imagen y Sonido, pero sin duda alguna…. mi «profe» es la Magda! Y es que Magda sigue en mis recuerdos, en mi retina, en mi corazón….es curioso, porqué no recuerdo ninguna anécdota con ella, ninguna imagen, ninguna actividad con ella, solo su sonrisa y su dulzura, pero con eso me ha bastado para tenerla la primera en mis ya míticos y nostálgicos recuerdos.

Y es que los profesores te ayudan en el camino de la vida, están ahí día a día a tu lado enseñándote conocimientos, aportándote sentido común, mostrándote valores, y todos o la mayoría lo hacen desde el corazón. Ellos se llevan muchas cosas maravillosas, muchos nombres, muchos alumnos, muchas experiencias, muchos corazones, pero nosotros, los que estamos escuchando con ojos de búho ya sea un cuento, unas «titellas», la tabla de multiplicar del 8,  la historia de Catalunya o la revolución Industrial,  nos los llevamos a nuestra vida, para siempre.

Cuando hablamos de guarderías, estamos hablando de edades muy pequeñas, (desde 4 meses a 3 años) en lo que a mi entender, hay que tener una extrema sensibilidad, un actitud pasional, un amor y es que si  para enseñar a críos, niños, adolescentes, muchachos, se tiene que tener vocación, para ser profesora de guardería creo que se tiene que tener un plus de todo eso y sobretodo mucha, mucha empatía. Por eso cuando te encuentras con profesores que no solo lo dan todo sino que además se ponen en el lugar de aquel niño con «las velas» de mocos en la nariz, te sientes muy, pero que muy feliz. Martí ha tenido esa suerte, o almenos eso creo. En sus casi dos años de guardería pienso que ha conocido a su «Magda». Su nombre? Se llama Mari, y es dulce, atenta, paciente, cariñosa y con una total empatía hacía sus pequeños de apenas 3 años…

Mari no solo hace su trabajo bien, sino que coge su corazón y te lo da sin más, y esos los niños lo notan…vamos si lo notan. Por eso cuando la ven aparecer, la mayoría de ellos se vuelven locos, y se acercan a ella corriendo para abrazarla o decirle algo. Y cuando llevas a Martí o lo vas a buscar y entras en la clase y la ves allí rodeada de 15 niños y  todos ellos están atentos ante su sonrisa, comunicando una paz y una tranquilidad admirables, te das cuenta que Mari tiene algo que no tienen las demás.  Para que nos entendamos:  Si hubiese alguna persona capaz de poner paz en la escena del cine de la peli «Los Gremlins» sí, aquella escena que están todos los Gremlins liándole a más no poder… esa sería Mari, sin duda alguna.

A Martí le quedan tantas y tantas anécdotas, ilusiones, decepciones, «examenes sopresa» y va a conocer tantas y tantos profesores, pero os voy a ser sinceros: el listón está muy alto y no me extrañaría que pasen los años y llegue un día que Martí tenga hijos y de paso tenga un blog freakie y delirante como éste, y sus hijos tengan una profesora que le encante a Martí. Entonces éste llegará a casa tranquilo, contento y feliz al dejar a sus peques en manos de esa «profe», se pondrá delante de su ordenador y escribirá un post titulado: «mi profe es la Mari».  Sino ya lo veréis… 🙂