Cuando salimos de la reunión de la guardería supimos que a los ojos de la mayoría de padres de aquella escuela, eramos unos bichos raros para el resto de nuestros días Y es que, «a quien se le ocurre dejar que su hijo entre en la cama de los padres?», pensarían muchos de ellos aterrorizados.
Los argumentos de aquellos padres eran lo que yo llamo «argumentos de abuela», es decir, de esos que se van heredando década tras década de esos que parecen leyes universales que ojo el que ose cuestionarlas, de esos de toda la vida…Sinceramente los respeto, pero sinceramente me parecen de la edad de hielo, carcas, antiguos… Cada uno sabe lo que tiene en casa y cada uno cría a su pequeño como quiere o mejor dicho, como mejor puede, pero por suerte en la vida, las cosas no son blancas o negras, hay tonalidades, matices…
Yo lo tengo claro, hago lo que la mayoría de padres no hacen, y no por eso ni soy el mejor padre del mundo… ni tampoco el peor claro.Simplemente hago lo que creo que es lo mejor para mi hijo (como todos los papás, claro), y también hago lo que otros padres hacen, como nuestros amigos Jordi y Crissie por ejemplo, entonces quedamos para hacer un café o unos churros con chocolate y comentamos nuestras noches con los niños en la cama, con esos momentos que nos entran ganas de cojer una pala y enterrarnos vivos o pegarnos un tiro o bebernos una botella de lejía entera sin pestañear….y entonces nos reímos, nos reímos muchísimo…
Así que cada vez que Vanessa y un servidor nos despertamos con los pies de Martí clavados en nuestros riñones, su cabeza en nuestra espalda o sus manos en nuestra cara, cada vez que nos despertemos con una contractura nueva, con un dolor de cabeza horrible por despertarse el niño cada 2 horas, o simplemente con la sensación de no haber dormido nada a pesar de llevar 10 horas en la cama, nos imaginamos a los padres del cole junto a otros millones de padres conocidos o anónimos, mirándonos con sonrisas burlonas y gritándonos con alegría (sobre todo la suya): Toma colecho!
El colecho es algo agotador, no os voy a engañar, pero es fascinante, bonito, maravilloso, y muy dulce…Y sinceramente no me imagino a mi hijo Martí durmiendo hasta los 18 años en nuestra cama…ni tampoco que eso sea una sobre protección para el niño, todo lo contrario, le das cariño, amor, seguridad….ah y tampoco es un problema a la hora del «making love», ya me entendéis, o sino que se lo pregunten al pequeño que hay en el vientre de Vanessa llamado Mario.
Creo que la mejor respuesta, la mejor opción, la mejor manera de criar a un niño es mirarle a los ojos y escucharle, porqué a veces después de leer libros, escuchar millones de consejos de profesionales, familiares, amigos, vecinos, o entrar en todos los foros habidos y por haber, a más de uno se le olvida un pequeño detalle: Que son sólo niños, con sus sentimientos, sus miedos, sus deseos e impotencias…Así que sí no les ayudamos nosotros, me pregunto quien lo hará?
Y quién dice que dormir en otra habitación sea más fácil?! Respecto a si a los 18 dormirán con nosotros, te enlazo una teoría que me encantó: http://www.bebesymas.com/desarrollo/de-como-fracase-con-el-metodo-bastida-para-dormir-siempre-con-los-ninos
muchísimas gracias por el enlace Inski!!!! Muy chulo!!! saludos!!!
¡¡El colecho es maravilloso!!… Mi mejor momento del día es ir a dormir con mi enano. Darle su teta y dejarle dormido con su mano agarrando la mía, y verle dormir plácidamente… Y los fines de semana despertar a su lado… ¡Es lo más! Ya cumplió los 4 años y me da miedo el momento en el que decida irse, porque tengo claro que así será: se irá de nuestro lado cuando él decida. Pero que nos quiten lo bailáo!!! Los que no lo han vivido no saben lo que se pierden.
Enhorabuena, y disfrútalo!