Los que os guste el programa de «Pressing catch», sabréis que es el «Royal Rumble», para los que no, os hare «5 cèntims»: En el entrañable programa de lucha libre, el «Royal Rumble» es el todos contra todos, usease, Hulk Hogan, el último guerrero, Jimmy «estaca» Dugan, El hombre del millón de dolares, Mr. Perfect y muchos más muchachos (os cito nombres de las ediciones de cuando era pequeño que molaban más) repartiéndose leña a base de bien ante las saciantes miradas con ganas de «showtime» del respetable. Si, todo esta preparado, es puro entretenimiento, nada más. Recuerdo como siendo un crío (bueno y no tan crío) disfrutaba viendo el programa en tele5 y como me pasaba horas jugando con los muñecos de acción en el ring oficial! Recuerdo también aquellos árbitros de cuerpo blandengue y cara de circunstancias, y sin saber que hacer cuando el «cachas» de turno le pegaba al otro muchacho con la silla plegable…
Pues bien, cada vez que voy a un parque con mi hijo, me siento como aquellos árbitros impotentes que siempre acababan recibiendo, con la diferencia que ellos cobraban pasta por hacer ver que hacían algo y siendo unos simples espectadores de lujo y yo algún día cobraré…de algún padre o incluso algún hermano crecidito…
Odio los parques, si lo sé, ahora pensareis que soy un papá nefasto, peor incluso que Darth Vader…pero creerme, cada vez que piso un parque, lo paso peor que esos árbitros viendo a un montón de niños jugando y divirtiéndose, pero consciente que en cualquier momento alguno de ellos se peleará con otro, y luego otro con otro…empalmando peleas en diferentes lugares del cuadrilátero perdón del parque, y es muy probable que tu hijo Martí esté en alguno de esos combates. Si, claro que es normal que se peleen siendo tan pequeños, pero cuando entran en acción algunos padres, es para salir corriendo…Los hay de todo tipo: «Los árbitros de Royal Rumble» o también conocidos como «patidators» como yo, con nuestras cosas, poniendo paz allí donde vamos, con pánico a recibir de algún padre y siempre al borde de un ataque de nervios al ver como nuestro niño se sube a los sitios sin miedo alguno, pero también con ganas de que disfrute y se lo pase bien. También están los «chillones» que son los que se pasan la tarde chillándole al crío y hablándole de mala manera, están también los «pipas», todo un clásico de los parques, que se pasan la tarde pues eso, comiendo pipas sentados en el banco y pasando literalmente de sus hijos, mientras éstos hacen y deshacen. Luego están los «bodyguards», o sea, los guardaespaldas, que se pasan toda la tarde a medio metro del niño, con miedo a que llegue un dragón gigante con tres cabezas del cielo y se lo lleve para siempre o algo así….digo yo. Están los yayos entrañables que tienen a sus nietos atados al carrito con una pitón, los padres que se creen estar en la pasarela Cibeles y que pretenden que su princesita o principito llegue limpito a casa y te quieren degollar a ti y a tu hijo si éste les tira un poco de tierra, y por último están los «nuevos ricos», con poses y miradas hacia ti y tu hijo de casi desprecio, olvidando que viven en tu mismo barrio, si hijos si: «La Verneda».
Hay muchos más tipos de padres, pero estos son los que abundan en mi humilde barrio…aunque aquí algunos crean que viven en La Zarzuela. Y ya me veis a mi poniendo paz a lo secretario de la ONU, a lo arbitro en medio de un «Royal Rumble» entre el niño de turno y mi hijo, y sinceramente, es agotador. Y soy consciente que tarde o temprano quizás no me partan una silla plegable en la espada como en «Pressing Catch», pero poco faltará…porqué yo me enciendo…y es que las peleas las prefiero por la t.v y que sean una farsa….o ya puestos, que sean jugando con mis muñequitos, muy chulos por cierto. Quizás si que creo que me lo tendría que tomar con más filosofia, y tener más paciencia con los padres, que al fin y al cabo tenemos más cosas en común de lo que nos pensamos…eso o acabaré en la U.V.I o como Jack Nicholson en «Alguien voló sobre el nido del cuco»…y es que ya me lo dijo un día mi vecino Paco al verme aquella tarde y con cara de circunstancias al decirle que íbamos al parque: «ja,ja,ja, pues no te quedan tardes de parque, tío!». Que encanto el Paco…
Big help, big help. And sultrpaeive news of course.